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Cómo hacer un laberinto de canicas con los niños

Hacer un laberinto de canicas con los niños en casa es algo fácil, solo necesitas unas cuantas canicas, unas pajitas y una caja.

Los días de confinamiento se suceden y aunque ya hemos iniciado el periodo de desescalada y los niños pueden salir a la calle a dar paseos todos los días, todavía estamos lejos de que podamos disfrutar con ellos de actividades al aire libre, de modo que para que no se aburran en casa, os proponemos ahora hacer un laberinto de canicas, de manera sencilla y con elementos que seguro tenéis por casa.

¿A qué niño no le gustan las canicas? Puede que las generaciones más jóvenes no sepan lo que son pero lo cierto es que en cuanto les presentas una bolsa llena de canicas es difícil que se resistan a ellas. Lo habitual siempre ha sido jugar a las canicas en el parque, pero como estamos en casa, ¿qué tal si hacemos un laberinto cómo el que os explicamos?.

Cómo hacer un laberinto de canicas con los niños

Tan solo es necesario que tengáis unas canicas, unas cuantas pajitas de plástico y también la tapa de una caja de cartón. Los pasos para hacer el laberinto vienen ahora:

  1. El primer paso para hacer que nuestro laberinto sea algo que distraiga a los niños un buen rato es el diseño de este: los niños podrán colocar las pajitas y marcar la forma que les gustaría darles con un lápiz.
  2. De este modo, dale a cada niño un lápiz y que marque dentro de la tapa de la caja (colocada del revés), una zona en la que va a colocar la pajita y la inclinación de la misma. Si tenéis una caja grande mejor ya que podréis colocar más pajitas que van a ser los obstáculos que la canica tendrá que salvar para poder hacer todo el recorrido.
  3. Una vez que el proyecto esté completo, es hora de cortar las pajitas con tijeras para que cada sección tenga el tamaño correcto. No es necesario que cortéis todas las pajitas del mismo tamaño. De hecho podéis hacer algunas más cortas que las otras para que hayan partes del recorrido que sean más fáciles de superar y otras, más difíciles.
  4. Finalmente, y esto ya lo vamos a hacer nosotros para que los niños no se quemen, tenemos que pegar las pajitas a la caja con la ayuda de un poco de silicona caliente. En el caso de no tener, podemos utilizar cola blanca aunque deberemos procurar no poner mucha para que al pegar la pajita no se escape por los lados y manche la caja (retira con un trozo de papel o una servilleta el sobrante que aparezca a medida que vayas pegando).
  5. Deja que el laberinto se seque durante una hora. Pasado ese tiempo, comprueba que nada se mueve y los niños ya podrán comenzar con su juego.
  6. Reparte una canica a cada niño (hay que advertirles sobre todo que no se la lleven a la boca) y por turnos, deberán colocar su canica en el inicio del laberinto y después coger la caja e ir moviéndola poco a poco para lograr que vaya superando todo el recorrido.