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Real Mallorca

El mallorquinismo se mueve para homenajear a Miquel Contestí

Hay movimientos espontáneos de aficionados y ex jugadores para rendir tributo al histórico presidente

Contestí salvó al Mallorca de la desaparición y lo llevó a la final de la Copa del Rey

Con 91 años ya cumplidos, está delicado de salud, pero al tanto de la actualidad del club

El mallorquinismo se mueve para homenajear a Miquel Contestí a través de acciones espontáneas de aficionados y ex jugadores que quieren rendir tributo en vida al presidente más longevo de la historia del Mallorca, que a sus 91 años está delicado de salud, pero que sigue todavía la actualidad del club al que salvó de la desaparición en 1978, cuando le habían cortado la luz, el agua o incluso la electricidad.

El club bermellón de momento no ha adoptado ninguna medida al respecto, pero se espera que tenga la sensibilidad necesaria para reconocer a un personaje caudal en los 108 años de existencia de la entidad.

Miquel Contestí llegó al Mallorca en el verano de 1978 cuando estaba en Tercera División, devorado por una deuda que no dejaba de crecer día a día y sin poder fichar jugadores profesionales por expresa prohibición de la Federación Española, ya que debía muchos salarios atrasados a las plantillas antiguas. En ese escenario, con la luz, el agua y el gas del estadio Lluís Sitjar cortados por falta de pago, el abogado de Llucmajor, que entonces contaba con 45 años, dio el paso al que nadie se había atrevido y se convirtió en presidente tomando el relevo de la Gestora que presidía Miquel Cardell.

Reunido con el presidente de la Federación Española Pablo Porta por intermediación del periodista mallorquín Miquel Vidal, redactor jefe del Diario As, consiguió que la propia Federación le otorgara un préstamo sin intereses al Mallorca para que pudiera comenzar la competición aunque, eso sí, con el aval personal del propio Contestí y con la condición de que el dinero no lo administraría el club, sino la Federación Balear.

Fue el punto de arranque para trece años en los que el Mallorca logró tres ascensos a Primera División y jugó la primera final de Copa del Rey de su historia. El equipo volvió a la máxima categoría en 1983 tras una ausencia de 13 años y en 1987 finalizó la Liga en sexta posición, en la que entonces fue su mejor clasificación de todos los tiempos. Un pequeño milagro por obra y gracia de Contestí y sus directivos que, por supuesto, trabajaron siempre para el Mallorca de forma absolutamente desinteresada.

En diciembre de 1991, con el equipo en Primera División, Miquel Contestí presentó su dimisión irrevocable al estar en contra de la imposición del Consejo Superior de Deportes, que obligaba a los clubes a convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas. Antes de marcharse, eso sí, avaló personalmente los fichajes de Vlada Stosic y Goran Milojevic.

Miquel Contestí nunca volvió a desempeñar un cargo directivo en el Mallorca. Estuvo a punto en un par de ocasiones, pero no acabó cuajando. Desde entonces ha estado ejerciendo como comentarista en diferentes medios de comunicación y siempre ha mantenido su línea crítica en torno a las Sociedades Anónimas Deportivas. Ahora, con 91 años, ya no puede ir a Son Moix a ver los partidos, pero los sigue con atención desde su domicilio.

Pocas personas hay en la isla que merezcan más un homenaje que Miquel Contestí. El Mallorca está obligado a efectuar un tributo en vida al presidente más longevo de su historia. No hacerlo sería una falta de respeto y una injusticia absolutas.

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