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Critican la instalación de molinos anti-helada en una zona de especial protección para las aves

El Govern autoriza su instalación en una zona de Vilafranca y en contra de los informes de los técnicos

Está prevista la instalación de cinco molinos con una altura de 13 metros

El grupo ecologista Gob ha criticado que la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio haya autorizado instalar molinos anti-helada en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del Pla de Vilafranca, haciendo «caso omiso» al informe desfavorable del servicio de protección de especies de la propia Conselleria.

Según ha comunicado el Gob en nota de prensa, la Comisión de Medio Ambiente de Baleares, organismo que depende de la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio, ha informado favorablemente sobre el proyecto de instalación de molinos anti-heladas en una finca del Pla de Vilafranca.

Estos molinos tienen como fin mover el aire, en momentos puntuales, en una plantación de 47 hectáreas de almendros para evitar que las heladas afecten a los árboles y su producción.

Los cinco molinos previstos tienen una altura aproximada de 13 metros, están accionados por motores de 500 caballos de vapor (CV) alimentados por gas propano, y según información facilitada por el fabricante giran a 373 revoluciones por minuto (rpm) y generan una intensidad de revuelo que a 300 metros de distancia es de 49 decibelios (dB).

El proyecto se ubica dentro de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) ES0000542 Plan de Vilafranca, declarada para proteger las poblaciones de determinadas especies de aves ligadas a cultivos herbáceos de secano -cereales y leguminosas- que caracterizan la zona.

Entre las especies más destacables están el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), aguilucho cenizo (Circus pygargus), aguilucho pálido (Circus cyaneus), milano real (Milvus milvus), cernícalo patirrojo (Falco vespertinus), cernícalo primilla (Falco naumanni), codorniz común (Coturnix coturnix), alcaraván común (Burhinus oedicnemus), cogujada montesina (Galerida theklae), terrera común (Calandrella brachydactyla) y alondra común(Alauda arvensis), informa Europa Press.

En este sentido, hay que recordar que el acuerdo del Consell de Govern de 18 de enero de 2019 por el que se aprueban la declaración y la ampliación de zonas de especial protección para las aves (ZEPA) en el ámbito de Baleares indica que «la avifauna ligada a los usos agrarios es precisamente la que tiene una recesión más general en el ámbito europeo y, en consecuencia, es conveniente actuar en la protección de estos agrosistemas, que tiene que incluir el estímulo del mantenimiento de prácticas agrarias sostenibles y compatibles con las especies de aves de estos hábitats. Este criterio es el determinante para el Pla de Vilafranca y el Pla des Blanquer».

Además, tal y como ha explicado el Gob, durante la tramitación ambiental del proyecto, se ha recibido el informe desfavorable del Servicio de Protección de Especies de la propia Conselleria. Según se ha argumentado, «la actuación supone una amenaza para la conservación de las poblaciones de aves que motivaron la declaración de la ZEPA, y también para las especies de murciélagos que hacen uso de la zona».

La decisión de la Comisión de Medio Ambiente de Baleares -y por tanto de la Conselleria- de dar luz verde al proyecto, además de ignorar el informe desfavorable del Servicio de Protección de Especies, no atiende tampoco las directrices de la Estrategia de conservación de aves amenazadas ligadas a medios agro-esteparios en España, recientemente aprobada por el Ministerio por la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Pues, según el Gob, «esta estrategia identifica como amenazas para la conservación de estos hábitats algunas de las circunstancias observadas en este proyecto, como la transformación de cultivos de cereal en leñosos, la instalación de infraestructuras que pueden causar colisiones con las aves, las molestias nocturnas, la alteración de la continuidad ecológica, la mengua de superficie de hábitat óptimo, etcétera».

Otra amenaza indicada por la Estrategia es la insuficiencia de medidas de gestión y conservación. En este punto, el grupo ecologista ha recodado que esta ZEPA no dispone todavía de Plan de Gestión -al igual que un buen número otras zonas de la red Natura 2000 en las Islas-, un documento que tendría que establecer qué usos son compatibles y qué no con la conservación de la zona.

Mientras tanto, Medio Ambiente aplica los criterios de protección de forma «bastante discrecional», para el Gob, «incluso ignorando informes desfavorables de sus propios servicios, facilitando que se avance en la transformación de la zona en sentido desfavorable para la conservación de los valores naturales que justificaron su protección como ZEPA».