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en el final de la legislatura

Armengol gasta 430.000 euros en un chiringuito con tres empleados para estudiar la cultura balear

Saca a concurso la gestión de un observatorio autonómico y sólo uno de los trabajadores estará a jornada completa

El Parlament valida este martes la inclusión de Baleares en los Països Catalans

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  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La presidenta socialista del Govern balear, Francina Armengol, gasta 430.000 euros en un observatorio para conocer la cultura balear, que tendrá tres empleados, tras ocho años gobernando y a 73 días de las próximas elecciones autonómicas del 28 de mayo.

Después de dos legislaturas, el Ejecutivo crea este chiringuito cultural para poner en marcha un servicio cuya finalidad, en teoría, es «contar con instrumentos de análisis objetivos sobre todos los aspectos del sector cultural tanto en lo que se refiere a su producción como su consumo por parte de la ciudadanía».

Su función será la obtención de forma estable de estadísticas, interpretación y análisis periódico, y estará formado por apenas tres personas y sólo su coordinador estará a jornada completa. Las dos restantes, un responsable estadístico y uno de comunicación, tendrán dedicación parcial en el desempeño de sus funciones.

Como resultado de su actividad, el observatorio autonómico deberá ofrecer a instituciones, sectores culturales, comunidad científica y la ciudadanía en general información útil a través de diferentes productos y servicios, como publicaciones de investigaciones estadísticas, organización de grupos de trabajo, jornadas, etcétera.

Hay que tener en cuenta que el Govern ya dispone del denominado Instituto de Estudios Baleáricos, que tiene como objetivo estratégico consolidar las Islas Baleares como un mercado cultural estructurado, fomentar la proyección exterior de la música, las artes escénicas, la literatura y las artes visuales de las Islas.

Ahora el Ejecutivo de Armengol pone en marcha este observatorio autonómico, tras dos legislaturas marcadas por poner la cultura balear al servicio de los fantasmagóricos Països Catalans, con la vuelta al Instituto Ramon Llull que preside la Generalitat o la aprobación de la declaración de Palma la pasada legislatura.

En este último caso, junto al gobierno catalán y el de la Comunidad Valenciana, presidido por el socialista Ximo Puig, con el objetivo de reforzar el mercado interior cultural entre los tres territorios, impulsando circuitos de artes escénicas, visuales, música, literatura, mercado audiovisual y cultura popular tradicional.

La última aportación de Miquel Company

Si bien hasta ahora Armengol y sus socios independentistas de Més y Podemos tomaron sus decisiones en la materia sin disponer de un organismo de esta naturaleza y, exclusivamente, por motivos políticos, en la recta final de la legislatura Armengol apuesta por impulsar este observatorio para el desarrollo de políticas culturales y favorecer los debates en ese ámbito.

Un nuevo chiringuito cuya salida a concurso coincide, además, con el anuncio del conseller Miquel Company, conseller de Fondos Europeos, Cultura y Universidades, de no concurrir a las listas electorales socialistas de 2023, para emprender nuevos retos profesionales, abandonando su corta estancia en la política autonómica en la que ingresó hace dos años. En concreto, en enero de 2021, tras la primera y única remodelación de su gobierno llevada a cabo por la presidenta Armengol.

La última aportación de Company es la creación de este chiringuito, cuyo concesionario, además, deberá definir las prioridades en materia de investigación y buscar e interpretar datos para su utilización en el marco de las políticas públicas, especialmente en el ámbito cultural.

Por último, elaborará informes, estudios y otras tareas relacionadas con la búsqueda y la interpretación de datos y deberá de mantener una fluida interlocución con otros estamentos de investigación, asociaciones profesionales y otros agentes a nivel técnico, para dar a conocer el Observatorio y sus tareas.

La persona responsable del contrato por parte de la Administración será la directora general de Cultura, que deberá ocuparse de la supervisión, la coordinación y el seguimiento de los trabajos que se derivan de este contrato, directamente o por medio de representantes del departamento de Cultura, con los que la adjudicataria deberá de coordinar su acción.