Andalucía
Yihadismo

El yihadista marroquí de Níjar tenía contacto directo con DAESH y una acción terrorista en mente

Inmerso en un proceso de radicalización, alababa y fomentaba la yihad, el Estado Islámico y los mártires caídos en combate

Detenido el pasado 20 de noviembre, continúa en prisión provisional

El yihadista marroquí detenido el pasado noviembre en Níjar (Almería) en una operación antiterrorista de la Policía Nacional mantenía contacto directo con líderes de DAESH (Estado Islámico) y se había radicalizado con la posible intención de llevar a cabo una acción violenta, según refleja el auto de la Audiencia Nacional.

El arrestado (46 años) era cliente de una aplicación de mensajería instantánea que empleó para hacer envíos masivos de más de 100 archivos, «gran parte borrados», bajo el «nombre de Cánticos Yihadistas». Además, se le intervino un dispositivo USB con archivos «cifrados» que «alababan y fomentaban la yihad» y a los mártires caídos en combate.

El investigado, que trabajaba como peón agrícola, continúa en prisión provisional como presunto autor de un delito de adoctrinamiento yihadista (tanto activo como pasivo). Fue localizado en un «patrullaje virtual» efectuado en 2022 por la Brigada Provincial de Información de Santa Cruz de Tenerife, de manera conjunta con la Comisaría General de Información.

En las actuaciones se recoge que de acuerdo a las escuchas telefónicas, la monitorización de sus redes sociales, los hallazgos en su domicilio y «sus propios movimientos», queda patente que se encontraba inmerso en un proceso iniciado «de manera voluntaria» de radicalización, «con la posibilidad, siempre en el horizonte, de poder llegar a conducirle a la ejecución de una acción violenta».

En varias de sus redes sociales tenía «una gran cantidad de contactos de índole radical» y «amistades» que, según la investigación, «podrían tratarse de miembros directos en zona de conflicto» de DAESH. La Policía Nacional pudo «confirmar parcialmente» su «hipótesis» de que se encontraba manteniendo «conversaciones de índole privada» con «miembros directos» de esta organización terrorista tras el análisis «parcial» de su teléfono móvil, si bien no ha sido posible, por las grandes medidas de seguridad que adoptó, «acceder al contenido» de las mismas.

Chats privados con imágenes de Hamás

En el seguimiento de la aplicación Telegram, «mucho más segura y privada» que WhatsApp, los agentes localizaron a este vecino de Níjar en un total de 14 grupos considerados como «centros de reclutamientos virtuales», todos ellos de «temática radical yihadista», y en los que se «difunden links, vídeos e imágenes con un alto contenido de violencia explícita de DAESH».

Su presencia en estos grupos, según las actuaciones, no era «sólo pasiva, observando y teniendo acceso a todo el contenido que se comparte, sino también activa». Se detectaron además dos chats «borrados» con dos extranjeros que, en su foto de perfil, «al menos uno de ellos», tenía la imagen «de un portavoz del brazo armado de Hamás», y una conversación, cuyo contenido ha sido «imposible» de conocer, «con una mujer que estaría ubicada en un campo de refugiados sirio».

El yihadista, que mantenía «muy activas» las medidas de seguridad en su dispositivo, se encargó él mismo del borrado «parcial o completo» de los chats, aunque quedó el rastro de una conversación en la que enviaba a otro usuario de la aplicación más de un centenar de archivos de corte radical.

Asimismo, en los registros se le encontró un dispositivo USB con archivos «cifrados», aunque los investigadores lograron romper la seguridad de siete de ellos, en los que se «alababa y fomentaba la yihad, los mártires caídos en combate y el Estado Islámico». Los agentes localizaron este USB y otros cuatro pendrives más «ocultos tras un cajón» bajo el asiento delantero de su vehículo. Todos ellos almacenaban «un amplio contenido yihadista».

Para la Fiscalía, las publicaciones y la actividad en las diferentes redes sociales del investigado «son el reflejo de un proceso de autoadoctrinamiento y de capacitación» mediante el uso «del material distribuido por DAESH a través de Internet, que aglutina imágenes de temática claramente yihadista», y de las que el detenido hizo acopio de forma «continuada».

Para su imputación, el Ministerio Público mantiene que el marroquí detenido quiere darle «un matiz exclusivamente religioso» a su comportamiento, pero los datos aportados «pueden implicar una actitud que va más allá de la simple creencia religiosa».