La guardia civil que asesinó a sus hijas en Cuenca atendía a víctimas de violencia de género

Guardia Civil Cuenca
Cuartel de la Guardia Civil en Quintanar del Rey

La guardia civil que esta semana asesinó a sus hijas en Cuenca atendía a víctimas de violencia de género. Paola B. tenía entre sus tareas de Seguridad Ciudadana la de recoger las denuncias y atender a las víctimas de VioGén en el puesto de Quintanar del Rey. Así ha confirmado lo que adelantó OKDIARIO, el delegado del Gobierno, Francisco Tierraseca.

El delegado del Gobierno ha indicado que no consta que la guardia civil tuviera baja médica por problemas psicológicos antes de asesinar a sus hijas, pero ha asumido que cualquier hecho dramático de esta naturaleza «nos tiene que llevar a reflexionar, sobre todo, con las condiciones psicológicas» de los cuerpos y las unidades que portan armas en su tarea diaria.

«La vigilancia siempre es poca, es muy importante el control de las armas», ha reflexionado, remitiéndose al protocolo existente tanto en la Guardia Civil como en la Policía Nacional, «para que ese trabajo que realizan con armas sea lo más estricto posible».

Según ha especificado, los protocolos intentan avanzar para que el control «sea mayor y no se haga un mal uso del armamento puesto a disposición para su labor», aunque «siempre es bueno mejorar y poder profundizar sobre todo en que llevar un arma reglamentaria siempre comporta un riesgo por su uso y, desgraciadamente, resultados como hemos visto con esta guardia y sus hijas en Cuenca debemos evitarlos en el futuro».

Precisamente, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) insiste desde hace años en que se dote a cada puesto con armeros individuales para cada guardia. Una iniciativa que el Ministerio del Interior ha decidido poner en marcha en los últimos meses, con la preparación de los pliegos de compra para la adquisición de más de 5.200 armeros con un presupuesto de 503.360 euros. Simplemente invirtiendo 100 euros en un armero para cada agente se pueden salvar vidas, ya que se da la opción a los guardias para que dejen su pistola reglamentaria en el cuartel sin tener que llevársela a su casa. La medida de Interior llega, pero llega tarde y los primeros armeros deberían repartirse en 2023.

No obstante, insisten desde AUGC esta medida debe acompañarse con otras como el refuerzo de los 50 psicólogos que atienden a una plantilla de más de 80.000 guardias civiles. También su externalización y la garantía de que la atención psicológica a los guardias no manchará su expediente, medidas que podrían fomentar la confianza de los guardias en el sistema y prevenir conductas autolíticas o de suicidio.

La atención psicológica, según AUGC, «sigue siendo un tabú dentro de la Guardia Civil y si trasciende que has necesitado atención podría perjudicarte de cara a ascensos o especializaciones. Los mandos no deberían tener acceso a este tipo de información del agente para ser utilizada con estos fines».

Las reivindicaciones hacen referencia al fracaso del protocolo anti suicidios en las FCSE. Dos años después de la aprobación del Plan de Promoción de la Salud Mental y Prevención de la Conducta Suicida en la Policía y en la Guardia Civil, no se ha reducido el número de fallecidos. Las cifras asustan: cada 20 días un policía o un guardia civil se quita la vida en España. En 2021 se suicidaron 17 agentes de la Policía Nacional y otros 17 guardias civiles, un 54% más que en el año anterior.

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