Los 7 errores que retrasaron el hallazgo de Blanca
El ADN confirma que el cuerpo es el de Blanca y será entregado a la familia esta tarde
La Policía sospecha que Blanca intentó subir a La Peñota un día antes de desaparecer
Los insectos hallados en el cuerpo de Blanca revelan que lleva muerta desde el día 25
Fue el mayor operativo de búsqueda desplegado en la historia de la Comunidad de Madrid, pero las tareas para localizar a Blanca Fernández Ochoa no estuvieron exentas de errores.
Cuatrocientas personas, tres helicópteros, un centenar de vehículos terrestres, siete drones, decenas de perros de búsqueda y especialistas en desaparición de personas trabajando sobre el terreno. El dispositivo desplegado para encontrar a la ex deportista ya se considera como el más amplio de la historia de Madrid. Pero un análisis más pausado de lo que percibieron los miembros del operativo apunta a que se dieron errores que provocaron un retraso en el hallazgo. Estos son esos errores:
Lentitud operativa
La búsqueda se inició el pasado domingo, a los pocos minutos de localizar el vehículo de Blanca en el aparcamiento de Las Dehesas. Sin embargo, el primer operativo de búsqueda organizada como tal se realiza el mismo lunes. A él se suman efectivos de Protección Civil venidos desde diversos puntos, montañistas voluntarios y más medios públicos. Ese día amanece a las 7:43 de la mañana, momento en el que puede comenzar la búsqueda.
Sin embargo, los primeros equipos no empiezan a recorrer las 12 rutas de búsqueda diseñadas hasta pasadas las diez de la mañana. En días posteriores se repite este modus operandi.
Ese mismo lunes, guías caninos advertían que la búsqueda comenzara con mucho retraso. “Los perros, en cuanto ven que les ponen el arnés y el chaleco, se ponen nerviosos. A los 45 minutos empiezan a perder sus capacidades”, advertía a OKDIARIO un experto en venteo. “Estamos perdiendo un tiempo muy valioso”, aseguraban.
El resto de los días la búsqueda comenzó algo más temprano, en torno a las nueve y media de la mañana, pero los especialistas aseguraban que debería comenzarse con los primeros rayos de luz para aprovechar al máximo el tiempo.
Perros ‘contaminados’
El mismo domingo, dos perros de búsqueda muestran especial interés en una zona situada a pocos centenares de metros de donde apareció el vehículo de Blanca. Una senda que conecta con otros senderos que conducen a La Peñota, donde fue hallada. El lunes, un perro de venteo de Protección Civil vuelve a mostrar interés en esa área, pero acaba perdiendo el rastro.
Los expertos guías caninos destacaban que el escenario estaba “contaminado”. En primer lugar, por la presencia de la familia en las zonas de búsqueda. “Si un olor de Blanca quedó impregnado en la ropa de algún familiar, el perro me va a ir a esa persona, se va a sentar frente a ella y me va a decir: la he encontrado” explicaba. Además, el olor de los caballos que participaron en la búsqueda también fue susceptible de confundir a los canes.
Voluntarios inexpertos
Fue un guardia civil en su tiempo libre, como voluntario, junto a su perra Xana, quien encontró el cuerpo de Blanca. Como él, muchos otros voluntarios participaron en la búsqueda. Sin embargo, el primer día la organización de los equipos de voluntarios fue “caótica” tal y como advertían fuentes del operativo.
Hubo muchas personas que, de buena fe, acudieron a la llamada de socorro del Ayuntamiento de Cercedilla. Pero muchas lo hicieron sin la preparación suficiente ni los conocimientos de la zona que requerían. “Hubo que estar muy pendiente de que los voluntarios no tuvieran un accidente, porque había zonas peligrosas”, aseguraban sobre el terreno a OKDIARIO.
Se dieron casos incluso de personas que acudieron con menores de edad, pese a que se les había advertido de antemano que no podrían participar. O con perros particulares sin ninguna preparación para la búsqueda. Por ello, en días posteriores se solicitó exclusivamente la participación de medio centenar de voluntarios “comprobados”, con conocimientos sobre montañismo y familiarizados con la zona.
Entre los voluntarios también se registraron algunas críticas. “Nos mandan por tercera vez a una zona que ya hemos recorrido de arriba a abajo. Nos quitan de en medio”, se quejaba un voluntario que participó en varias jornadas de búsqueda.
Sin búsqueda nocturna
Los equipos de búsqueda que se echaban al monte en el turno de la tarde tenían ordenes de regresar al punto de control del operativo a las ocho de la tarde. Hora límite. Los primeros en llegar hasta la base eran los equipos de voluntarios -acompañados de Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local-. Los últimos, a las ocho en punto, siempre eran los especialistas del GREIM, el grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil, y los efectivos del GERA, el Grupo Especial de Rescate en Altura de los bomberos. Ellos eran los que se enfocaban la búsqueda en las dos rutas más peligrosas y con mayor riesgo de accidente.
A partir de ese momento, la búsqueda quedaba completamente suspendida durante aproximadamente catorce horas. En el lugar sólo quedaban varias patrullas de seguridad ciudadana. Con sus vehículos recorrían de noche algunas pistas forestales y comprobaban que no hubiese nada extraño en la zona. Pero “búsqueda como tal no se hace” reconocía un miembro de la Guardia Civil. Tampoco volaban helicópteros ni drones. No se efectuaron turnos de búsqueda nocturna “para no poner en riesgo a los operativos”, aunque según otras fuentes “había medios y gente dispuesta a continuar de noche, pero se optó por realizarlo solo de día”.
Ineficacia de medios aéreos
“No entiendo cómo no la han visto los helicópteros”, advertía uno de los miembros del operativo de búsqueda, perteneciente al GREIM. El cuerpo de Blanca aparece en un claro de la zona de La Peñota, donde hay vegetación pero no especialmente frondosa. Una zona que recorrieron los helicópteros pero en la que no vieron nada. Tampoco los siete drones.
Las tres aeronaves de Policía, Guardia Civil y Comunidad de Madrid realizaron decenas de pasadas por las zonas de principal interés, especialmente los picos. Incluso utilizaron cámaras térmicas, aunque un cadáver en las condiciones en las que fue encontrado el de Blanca no emite radiación térmica ya que está a temperatura ambiente. Ninguna inspección visual fue capaz de localizarla, algo que no entienden algunos especialistas del operativo.
Pulso Policía-Guardia Civil
Pese a que los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil se volcaron en la búsqueda y colaboraron activamente sobre el terreno, se produjeron algunas situaciones de descoordinación en el operativo. Fruto, explicaban fuentes de este, del “pulso interno” que mantuvieron mandos de ambos cuerpos por el control del operativo.
“Esto es una demostración de quién la tiene más larga”, asegura un miembro del operativo. Agentes de la UIP -control de masas y seguridad-, miembros de los GEO, efectivos de la UEI de la Guardia Civil… “Ha sido una demostración de medios, no ha faltado nadie en la foto”, criticaba abiertamente un agente. Durante los días que se efectuó la búsqueda, se produjeron reuniones monogrupales en las que el otro cuerpo quedaba fuera.
La Policía llevó el peso de la investigación sobre las causas de la desaparición y la Guardia Civil del rescate. Pero las atribuciones se pisaron en varias ocasiones: cuando apareció el cuerpo, fueron miembros de Criminalística de la Guardia Civil quienes realizaron la primera exploración, pero fue un helicóptero de la Policía quien lo descendió hasta Cercedilla. “¿Qué pintan los GEO bajando el cuerpo de una montaña si es responsabilidad de la Guardia Civil?” se preguntaba un veterano agente que no se encontraba sobre el terreno.
No se revisó La Peñota
Un testigo más en la investigación acabó confirmándose como clave. Alfredo, albañil de Cercedilla, advirtió a la Policía Local que el viernes 23 Blanca le confirmó que ponía rumbo a La Peñota. Una zona que, si bien no era su favorita de la sierra, la frecuentaba habitualmente.
Sin embargo, al comprobar que un día después de este avistamiento Blanca fue vista en el supermercado de Pozuelo, a 45 kilómetros de distancia, evidentemente los investigadores no se dieron tanta importancia a este testimonio.
Pese a ello, la zona donde fue hallada Blanca está entre las más populares de los senderistas. Entre montañistas expertos en la zona se comentaba ese mismo día cómo era posible que ese área, tan popular, se había dejado para el último momento. El Pino de San Roque, un árbol con más de 250 años de antigüedad, es “un sitio icónico que se debería haber revisado desde el primer día”. Pero no ocurrió así.
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