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Aumentan las infecciones respiratorias este verano: cómo evitar que arruinen tus vacaciones

Los casos de Covid-19 se han incrementado "de manera importante" durante las últimas semanas

Los antigripales ayudan a reducir la transmisión de virus, ya que reducen los estornudos, tos y secreciones que pueden contagiar a otras personas

«En las últimas semanas hemos observado un aumento significativo de casos de Covid causados por las subvariantes FLiRT, descendientes de la subvariante parental Omicron JN1 de SARS-CoV2. La mayor parte son casos leves, lo que demuestra que las vacunas y la inmunidad previa frente al virus siguen funcionando, aunque el tratamiento y la prevención de estas infecciones continúa siendo muy importante», afirma el doctor Estanislao Nistal, doctor en Virología, investigador y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, según documenta Vademecum on-line.

Los virus respiratorios están presentes durante todo el año, también en verano. Concretamente, según la web sobre farmacología, cuantifica en la semana 25 del año (del 17 de junio al 23 de junio) una incidencia estimada de 151 casos por cada 100.000 habitantes, más del triple que en la misma semana de 2023.

El virus que causa la COVID-19, detalla la Clínica Mayo, se propaga más comúnmente por pequeñas gotas de líquido que se trasladan a través del aire entre las personas que están en contacto estrecho. Muchas personas con COVID-19 no presentan síntomas, o presentan una enfermedad leve. Pero para los adultos mayores y las personas con ciertas afecciones médicas, el COVID-19 puede provocar la necesidad de atención en el hospital, o la muerte.

¿Por qué nos resfriamos en verano?

Hay algunos factores que pueden favorecer el aumento de las infecciones respiratorias en la temporada estival:

    1. La bajada de defensas que se produce cuando el cuerpo se enfrenta a continuos cambios bruscos de temperatura.
    2. Pasar de un lugar caluroso a espacios cerrados con aire acondicionado y viceversa. 
    3. Exposición excesiva a aire acondicionado demasiado frío y seco.
    4. Sistemas de refrigeración que alberguen y propaguen diferentes virus, bacterias y hongos.
    5. El debilitamiento del sistema inmunitario con el parón brusco de la actividad durante las vacaciones, detalla el profesor.

Recomendaciones

Para disminuir el riesgo de contraer un virus respiratorio en verano, el experto aconseja:

    1. Evitar las diferencias bruscas de temperatura y no programar el aire acondicionado a temperaturas muy bajas. 
    2. Realizar un mantenimiento periódico de los sistemas de refrigeración para evitar que acumulen suciedad y gérmenes.
    3. Ventilar las estancias de manera regular para renovar el aire.
    4. No consumir bebidas extremadamente frías.
    5. Conservar la humedad del ambiente por encima del 30% para evitar que las mucosas se resequen.
    6. Llevar una alimentación equilibrada para reforzar las defensas.
    7. Mantener una buena hidratación, especialmente en grupos con más riesgo como niños, ancianos y personas con el sistema inmune comprometido.

Tratamiento desde los primeros síntomas

Cuando ya estamos contagiados, «es importante tratar los síntomas desde el momento de su aparición, ya que puede reducir su duración e intensidad y nos ayuda a evitar complicaciones, algo que mucha gente no hace», recomienda Estanislao Nistal. 

Vademecum cita un estudio de Kantar para Kenvue del que se desprende que el 54,3% de los 3.523 encuestados no toma ninguna medida cuando aparecen los primeros síntomas y un 40,2% sólo recurre a medicamentos antigripales cuando los síntomas empeoran.

Los diferentes virus respiratorios comparten algunos síntomas, como la congestión nasal, la tos, el malestar general, el dolor o la fiebre. «Debemos tratar estos síntomas con productos adecuados y una opción completa para tratarlos de una manera agrupada es tomar un antigripal multisintomático», prescribe el doctor Nistal, que contienen una combinación de paracetamol -para tratar el dolor y la fiebre-, dextrometorfano -tos-, clorfenamina -secreción nasal y estornudos-, cafeína -decaimiento- y vitamina C -efecto antioxidante que favorece la reparación de tejido-.  

«Los antigripales, aunque por su propio nombre se asocian mucho con el virus de la gripe, pueden ayudarnos a tratar los síntomas de otros virus respiratorios causantes de los resfriados comunes. Además, los fármacos utilizados para mitigar los síntomas respiratorios también ayudan a reducir la transmisión de virus, al atacar las estrategias que estos utilizan para diseminarse. Reducir los estornudos, la tos y las secreciones producidas durante una infección puede ayudar a prevenir la infección de otras personas», recalca el virólogo.