Usar a Vox para blanquear a Bildu
Este lunes el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, para justificar los pactos de su partido con los de Otegui, dado que este va a ser nuevamente juzgado por su pertenencia a la organización terrorista ETA, ha insistido una vez más en sus ataques a VOX. Dice Ábalos que es necesaria la «normalización democrática» de Bildu, pero que a él le cuesta mucho más “normalizar a VOX, un partido nostálgico de la dictadura, que no son demócratas, pese a que algunos medios están empeñados en decir que VOX es constitucionalista, porque no lo es, se pongan como se pongan los que quieren normalizar a VOX, cada vez actúan con menos complejos para reivindicar la dictadura».
Y esta mañana el condenado e inhabilitado exjuez Garzón, que ahora es pareja de la Fiscal General del Estado, la socialista Dolores Delgado, ha dicho en la podemizada Televisión Española, que «Bildu cumple la ley. Si no la estuviera cumpliendo, no estaría en el Parlamento. Cuestionar a Bildu porque no se comparte su ideología me parece antidemocrático, es tanto como poner vetos a partidos que son democráticos, cumplen la legalidad constitucional, cumplen la legalidad democrática y, por tanto, son un partido más, igual en derechos que cualesquiera otros que se llaman de Estado». A continuación, también ha usado a VOX para blanquear a Bildu, añadiendo que “hay otros partidos que, no teniendo ese estigma o esta cuestión pendiente en tribunales, hacen muy poco por la democracia. VOX, por ejemplo. No tenemos nada más que ver la trayectoria de este partido y la última escenificación de una moción de censura que fue terrible.”
En ambos casos el razonamiento es doblemente falso y tramposo. En primer lugar, porque se legitima a un partido en cuyas filas militan antiguos miembros de ETA como su coordinador general, Arnaldo Otegui, condenado y encarcelado por el secuestro del empresario Luis Abaitua y a quien Javier Rupérez acusa de ser también el etarra que lo secuestró a él. Y no olvidemos que Bildu está en nuestras instituciones sólo porque el politizado Tribunal Constitucional anuló una resolución del Tribunal Supremo que había ilegalizado todas sus candidaturas al considerar que éstas se enmarcaban dentro de un proyecto “gestionado, dirigido, coordinado y articulado por el complejo ETA – Batasuna”. Y fue precisamente el voto del presidente del TC, el “progresista” y masón Pascual Sala, el que rompió el empate en una votación en la que los 6 magistrados propuestos por el PSOE se impusieron a los 5 que estaban a favor de mantener la sentencia del Supremo. Y en segundo lugar porque, para blanquear a Bildu y a Otegui se sentencia, sin argumento alguno, que VOX no es ni democrático ni constitucional.
Pocas cosas hay más democráticas y constitucionales que la defensa de la unidad de España que hace VOX, cuando está siendo atacada de forma violenta por los golpistas catalanes, por los amigos de los etarras y por los comunistas socios del Gobierno. Tampoco en el resto de sus propuestas se encuentran excusas que justifiquen esas afirmaciones sin sentido. Su programa económico es evidentemente liberal y en temas morales VOX puede calificarse como un partido conservador, pero no parecen muy antidemocráticas sus posiciones sobre bajadas de impuestos, sobre el aborto o sobre el matrimonio homosexual que, por cierto, son las mismas con las que Mariano Rajoy se presentó a las elecciones de 2011. Sus propuestas sobre emigración han sido tachadas numerosamente de xenófobas, cuando lo único que exigen es que se cumplan las leyes sobre inmigración, que se combata a las mafias que se lucran con este problema, que se deporte a quienes crucen ilegalmente nuestras fronteras y a quienes cometan delitos graves, que se ayude a los países en desarrollo y que se afronte la inmigración atendiendo a las necesidades de nuestra economía, privilegiando a las nacionalidades que comparten nuestra cultura. Pedir que se cumpla la ley no puede ser ni antidemocrático ni anticonstitucional, ¿verdad? También les atacan porque proponen cambiar legalmente la Constitución para acabar con el Estado autonómico y, sabiendo la dificultad que entraña esta propuesta por las mayorías tan amplias que son necesarias para llevarla a cabo, piden que se devuelvan competencias en educación, sanidad, seguridad y justicia. Promover cambios legales por los procedimientos previstos en nuestras leyes sólo puede ser tachado de antidemocrático por quienes en realidad aprecian poco la democracia. Y en cuanto al uso de la violencia, todos hemos visto como en VOX son víctimas de los ataques de antisistemas, comunistas e independentistas, y que jamás han respondido ni siquiera para defenderse.
Como dice Rosa Díez, VOX nunca ha secuestrado a nadie, ni ha quemado contenedores, ni jaleado a los asesinos, como han hecho miembros de Bildu. Comparando al partido de los asesinos con el partido de las víctimas, se pretende blanquear la historia de terror de ETA, en beneficio del proyecto de Pedro Sánchez. Hay que ser muy sectario o extremadamente idiota para decir que VOX es antidemocrático o inconstitucional.
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