Opinión

Sánchez, gambito de dama en Dubái

El  gambito de dama es una apertura en el juego de ajedrez orientada a controlar el centro del tablero. De ajedrez, Pedro Sánchez no sabe nada, pero es capaz de inventarse una de esas mentiras que provocan bochorno y vergüenza. Para sostener que el ajedrez es un invento español, el Gobierno socialcomunista contrató por 58.000 euros a una empresa de Gibraltar, encargada de convencer a los visitantes del pabellón español en la Expo de Dubái de que el milenario juego es un invento patrio. En lugar de sacar pecho por la Conquista de América o poner en valor otras gestas históricas españolas, el Ejecutivo de lo que presume en Dubái es del origen español del ajedrez. Hace falta ser idiota, porque no hay un sólo indicio que lleve a pensar que España es la cuna del ajedrez -nació en la antigua Persia en el siglo III antes de Cristo- y, sin embargo, no hay duda alguna del papel que nuestra nación jugó en relevantes acontecimientos que cambiaron el curso de la historia. Sánchez se ha marcado un gambito de dama en Dubái de lo más estúpido y para ello, en el colmo del surrealismo, ha contratato los servicios de una empresa gibraltareña, encargada de diseñar toda la estrategia fake.

«El ajedrez, legado para el mundo», reza en el titular de la sala dedicada a este juego dentro del pabellón español, que ha sido concebido por el Ejecutivo de PSOE-Podemos como exaltación a a todos los mantras de la izquierda: igualitarismo, ecologismo y todos los ismos socialcomunistas.

La sala del ajedrez ocupa un lugar preferente en el pabellón de España, ya no sólo por su amplitud, pues alberga incluso un tablero gigante, sino también por su ubicación, al ser la primera gran estancia temática con la que se encuentra el visitante. Y uno se pregunta: ¿Qué necesidad había de presumir de haber inventado un juego que no inventamos cuando España tiene hitos a lo largo de su dilatada historia de los que podíamos presumir sin mentir?

No hay más palabras: jaque mate.