Rubiales, el nuevo Calígula del fútbol
Hace un mes escribí que Luis Rubiales era un hombre irreflexivo, un justiciero violento. Me reafirmo en lo que dije. ¿Por qué echa a Julen Lopetegui, noble entrenador que ha metido a la selección española en Rusia por la puerta grande? ¿Qué sentido tiene expulsar a Julen horas antes de jugar nuestro primer partido contra el actual campeón de Europa, Portugal? Está visto que el ego paleto de Rubiales no se merece presidir la RFEF. El de Motril sufre un ataque de cuernos insólito por no haberse enterado de las conversaciones legítimas que el guipuzcoano mantenía con el Real Madrid.
Hay que ser un soberbio como Rubiales para destituir al hombre que sostuvo a España invicta en su grupo clasificatorio del mundial. ¿No habría sido más digno, menos desestabilizador, que el chulo hubiera presentado su propia dimisión y se fuera por donde vino? ¿O no recuerda que alcanzó la presidencia de La Española con malas artes, reptando, ofreciendo cargos a sus afines? Quienes le conocen de cerca aseguran que una vez repanchingado en el sillón estelar de la Federación, no habrá cristiano o hereje que le saque de ahí ni con agua hirviendo. Es el nuevo Calígula de nuestro fútbol.
¡Éste inadaptado con ínfulas de dictador, nos va a gafar! Denlo por seguro. Bastó verle babear ira mientras se las daba de embajador en la agria rueda de prensa que improvisó para anunciar la decapitación de Lopetegui. No supo contestar dos preguntas: ¿quién va a dirigir el próximo entrenamiento?, ¿quién será su sustituto? Se presentó sin soluciones y además mintió asegurando que todo el vestuario estaba de acuerdo con su feroz ejecución. El cateto antepuso su ego-trip al bienestar de los internacionales que nos representan. La selección depende de un advenedizo, mitad inepto, mitad gañán.
Con alguien tan injusto al frente de La Española, los sueños de oro depositados en nuestros cracks se transforman en nubes negras. Sólo Julen Lopetegui, que los conoce y entiende mejor que nadie, podría conducirlos a la final de la Copa del Mundo. El parche, © Hierro, que pone Rubiales para tapar el pinchazo producido por sus rayadas neuronas, no devolverá la confianza que Julen imprimía al equipo. Calígula, te has pasado e insisto, deberías presentar tu dimisión, si te queda vergüenza. Cosa que dudo. En cambio, Julen, seguirá siendo un fabuloso entrenador que ha fichado el Madrid. Entérate, Rubiales, para gritar: “¡Aquí estoy yo, sí, yo, por encima incluso de España!”, no hacía falta humillar a Lopetegui.
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