Opinión

Joe Biden, un espejo para Moncloa

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Hasta un señor que no está bien de la tronera ha sido capaz de aceptar una situación insostenible. Un paso atrás y a correr. Cuando le oí perorar a Josep Biden acerca de su decisión de anteponer los intereses de su país, de su partido y de su familia a su propia vanagloria confieso que sentí sana envidia.

¿Sería posible que aquí, en mi patria, un primer ministro agotado y amortizado, fuera capaz de tomar una decisión similar a la tomada por el todavía jefe de la Casa Blanca? ¿Sería posible encontrar en una persona que ha mentido tanto, engañado tanto, siquiera un ápice de dignidad y de realismo? No lo parece.

Sin embargo, me cuento entre aquellos que creen que los seres humanos tienen una resistencia y que los materiales tienen fecha de caducidad. Sánchez ha demostrado habilidad política y altas cotas de cinismo primero para llegar y posteriormente para mantenerse. De esto caben pocas dudas. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo sus bazas disminuyen y ahí está la última encuesta libre para demostrar que una inmensa mayoría de españoles ni le creen ni le quieren. Un jefe de Gobierno que ni siquiera puede salir a la calle sin que excite la violencia verbal no puede mantenerse en el poder por mucha represión (de muchas formas y maneras) que ponga en marcha. Sánchez sigue siendo presidente por la utilización torticera y partidista que realiza de los dineros públicos y por la brunete mediática gubernamental bien regada que está a su servicio.

Aún así, el tic-toc de la cuenta atrás no se para. Pudiera ser que, al final, demuestre algo de altura intelectual y una miaja de patriotismo que, unido a buenos consejos, le puedan llevar a convocar elecciones generales tras la vuelta de sus nuevas vacaciones pagadas y a todo lujo por los contribuyentes.