Opinión

Hay que llenar las urnas de un grito de libertad frente al socialcomunismo

Desde que gobierna el socialcomunismo, cada elección adquiere una dimensión de especial relevancia, porque lo que está en juego ya no es sólo el color de un Ejecutivo regional, sino el riego de que se produzca una réplica territorial que reproduzca a escala la manera sectaria de ejercer el poder que caracteriza al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Por eso es fundamental que en las elecciones de este domingo en Castilla y León los votantes tengan claro que los comicios trascienden del ámbito autonómico y constituyen, más que nunca, un laboratorio de pruebas con enorme repercusión nacional. Ejercer el voto es un acto de responsabilidad que en el contexto político actual resulta indispensable.

Lo que este domingo se decide en Castilla y León influirá decisivamente en el rumbo de la política nacional. Si la derecha logra reeditar Gobierno, Sánchez volverá a sufrir una derrota que aplaque, en parte, su propósito de que el socialcomunismo se extienda por los distintos territorios configurando una hegemonía letal para los intereses nacionales. De ahí que sea indispensable que el votante de derechas o el de todos aquellos constitucionalistas que están sufriendo las consecuencias de la gestión del Ejecutivo entiendan que su participación en las urnas tiene una trascendencia vital para frenar el sectarismo de una izquierda cada vez más reaccionaria.

El voto tiene que convertirse en un instrumento democrático de rebeldía frente al dogmatismo totalitario del Ejecutivo que encarnan Pedro Sánchez y sus socios de Podemos, capaces de aliarse con los enemigos de España -golpistas, nacionalistas y proetarras-. Y es que desde que Sánchez está en La Moncloa, España se juega la libertad en cada contienda electoral; la democracia, en cada cita con las urnas.

Votar, en estas circunstancias, es casi una obligación moral, un acto de patriotismo. El presente y el futuro de España se dilucida en cada comicio. Los de Castilla y León son vitales, pues -más allá del Gobierno regional-, de nuevo habrá que elegir entre libertad y sanchismo.