Opinión

Esconderse tras el Rey es de cobardes: da la cara, Pedro Sánchez

Moncloa -o sea, Pedro Sánchez- ha propuesto a Zarzuela -o sea, el Rey- acompasar su llegada a los actos del desfile del Día de la Fiesta Nacional, un ofrecimiento que responde al intento del jefe del Ejecutivo en funciones de parapetarse tras la figura del monarca para evitar los más que probables abucheos contra su persona. El año pasado Sánchez se retrasó, obligando al jefe del Estado a permanecer en su vehículo en otra maniobra que lo que buscaba es que la figura de Felipe VI amortiguara las señales de descontento contra el presidente del Gobierno de parte del público.

En esta ocasión, Moncloa ha diseñado un plan consistente en acusar al PP de los abucheos contra Sánchez en un intento de trasladar la falsa idea de que las protestas están dirigidas y auspiciadas por la formación de Núñez Feijóo. Con la pretensión de Sánchez de llegar a la vez que el Rey, los abucheos contra el jefe del Ejecutivo se venderán por el PSOE como una muestra de falta de respeto institucional del PP, algo que ya han empezado a hacer distintos dirigentes socialistas. En el fondo, todo responde a la cobardía moral de un presidente que se ha arrogado la condición de víctima de una campaña de difamación orquestada por la derecha, como si los asistentes al acto del 12-O que expresarán su repulsa contra Sánchez por sus cesiones al separatismo fueran simples marionetas.

No, presidente en funciones, serán ciudadanos hartos que quieren hacerle llegar su indignación por su ignominiosa claudicación ante los golpistas. Y no necesitan que nadie les guíe, porque se guían solos, en función de su criterio y parecer. Parapetarse tras el Rey es una vileza, de modo que la maniobra monclovita lo único que conseguirá es revelar el grado de indecencia política de un vanidoso sin escrúpulos. Tan valiente para rendirse ante los sediciosos y tan cobarde para esconderse en la celebración de la Fiesta Nacional.