Opinión

Aviso a navegantes: Vox despunta en los barrios de la Barcelona obrera

Si analizamos los votos cosechados por Vox en las elecciones catalanas llegaremos a conclusiones que no tienen nada que ver con la imagen estereotipada que desde la izquierda, pero también de la derecha, se hace de la formación de Santiago Abascal, etiquetada por su adversarios políticos como la «extrema derecha» sin matices. El cliché es demasiado simple. ¿Es que los votantes catalanes que hace cuatro años apostaron por Cs y ahora lo han hecho por la candidatura de Ignacio Garriga se han vuelto todos de «extrema derecha»? Obviamente, no.

El voto a Vox proviene tanto de las zonas ricas de Barcelona como de los barrios obreros, por lo que su apoyo es transversal desde un punto de vista socioeconómico. Varios datos avalan esta afirmación: la candidatura de Ignacio Garriga obtuvo su mayor porcentaje de votos (11,28%) en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi, el de mayor renta familiar per cápita de la Ciudad Condal, pero  en el de Nou Barris, el de menor renta per cápita, logró el 9,44%, su segundo mejor registro.

Nou Barris es un distrito de clase trabajadora que en los últimos años ha acogido a un alto porcentaje de inmigrantes, especialmente latinoamericanos, que se ha integrado sin grandes problemas y que como todos en la zona sufre la inseguridad derivada de un sensible aumento de la delincuencia, especialmente el auge de las ‘okupaciones’. Son gente que bastante tiene con lidiar cada día con una realidad adversa como para dejarse llevar por la monserga identitaria planteada por el independentismo.Vox ha sabido poner en el foco del debate estos problemas, ninguneados por el separatismo en campaña, y atraerse el voto de sectores que tradicionalmente apoyaban a la izquierda no independentista

De modo que quien pretenda reducir el éxito electoral de Vox en Cataluña al ámbito de una mera batalla en el seno de la derecha se equivoca. La formación de Abascal ha conseguido atraer votos de zonas tradicionalmente de izquierdas. Y quien no quiera verlo, será porque prefiere no mirar y seguir instalado en los mantras y clichés ideológicos.