La abdicación de la reina Margarita
Cuando todos esperábamos una Navidad tranquila en las Cortes Reales europeas, llegó la noticia bomba. Pocas horas antes del Año Nuevo, la reina Margarita de Dinamarca, la única monarca europea tras el fallecimiento de Isabel II en el Reino Unido, aprovechó su mensaje televisado para anunciar su abdicación. Dejó la corona en manos de su primogénito, el príncipe Federico. El heredero ascenderá al trono como Federico X.
«He decidido que ahora es el momento adecuado. El 14 de enero de 2024, 52 años después de suceder a mi amado padre, dejaré de ser la reina de Dinamarca», dijo Margarita. La reina considera que es hora de ceder el mando a una generación más joven y preparada, como la que empuja en todas las coronas europeas, donde hay cinco princesas, entre ellas Leonor en España, dispuestas a reinar cuando se les pida. Sin embargo, la abdicación sorprendió a los daneses, especialmente con la popularidad del príncipe Federico algo mermada por sus recientes escándalos personales, incluyendo su relación con Genoveva Casanova, ex mujer de Cayetano Martínez de Irujo.
Las fotos de Federico y Genoveva, publicadas por la revista Lecturas en noviembre, causaron sensación mundial. Las imágenes, tomadas días antes, sugerían que el príncipe había «pernoctado» en la casa de Genoveva. Esta noticia salió a la luz mientras nuestros Reyes estaban de visita oficial en Dinamarca. Los gestos tensos de Mary Donaldson, esposa de Federico, durante la visita hicieron evidente que la familia Real desconocía esta relación.
Hablo con uno de los paparazzi que capturó esas fotografías. Me comenta que lo más sorprendente fue la falta de seguridad alrededor del príncipe, lo que sugiere que su viaje fue privado, quizás incluso secreto. El silencio predominó sobre estas imágenes hasta que, coincidiendo con las Navidades y ante la inminente reunión familiar en estas fechas, la fundación presidida por la princesa Mary (Mary Fonden) publicó un post reflexivo sobre el paso del tiempo: «Nos necesitamos unos a otros si queremos tener éxito (…) El tiempo es algo peculiar. Cuantos más años has recorrido, más rápido parecer pasar volando el año siguiente. A la vez, con el tiempo te vuelves cada vez más consciente de lo precioso que es cada momento y cada año». Si el mensaje llevaba algún mensaje subliminal, como parece evidente, solo lo sabe ella y el futuro rey de Dinamarca, pero aplacó a la población.
Y es que el paso del tiempo nos hace cambiar la perspectiva, como está sucediendo en Telecinco, cadena en la que trabajo como reportera de informativos. En un año donde la televisión ha experimentado grandes cambios, con índices de audiencia que han provocado la desaparición de programas emblemáticos y dificultades para los más grandes en mantener a su público, mi cadena reorganizó los informativos, lo que ha provocado que Isabel Jiménez y David Cantero, la dupla más querida de la televisión, se haya separado profesionalmente. Isabel escribió en su Instagram: «Querido David… mi amigo, mi compañero, mi confidente, mi todo en estos más de doce años… te quiero tanto y te echaré tanto de menos. Nos lo hemos bailado todo, incluso la vida. Siempre serás mi marido televisivo». Estos cambios nos recuerdan que la vida tampoco se detiene durante las festividades.
Parece que la televisión es algo efímero y que quienes salimos en ella somos de cartón piedra; pero no lo somos y, por supuesto, como en cualquier otro trabajo estresante, las amistades que se crean pueden llegar a ser eternas. Con los cámaras se comparte la tensión del «vamos ya»; a los técnicos les gritamos que «no oímos nada»; y luego inhalamos con toda la fuerza del mundo para que nada salga mal. Para que ustedes, los telespectadores, no vean nada extraño, más en estas fechas donde narramos alegrías como el Gordo o tristezas como el aumento de accidentes de tráfico.
La Navidad, más allá de su significado religioso, es un momento para compartir con aquellos a quienes normalmente les escatimamos tiempo. Es la ocasión para dejar de lado el teléfono, los proyectos e incluso el trabajo, para atender a quienes en otros momentos les decimos: «ahora no puedo». Es el espacio donde todos, también, los royals aprovechan para escribir post que zanjen con el pasado y den paso al futuro, en paz. Por eso, con este artículo, quiero rendir un homenaje a los mayores, a mis abuelos, a esa familia que siempre está ahí para escucharme, y con los que celebré la entrada del año y vi el nuevo vestido de Cristina Pedroche.
No hay fin de año sin ella. Cristina se ha convertido en una figura imprescindible en las cenas de Nochevieja en nuestro país y en las redes sociales, donde un año más se convirtió en trending topic. Sus diseños, casi siempre criticados, al menos guardan un mensaje social: este año, concienciar contra el cambio climático. Porque pase o no el tiempo, abdiquen reinas o nos guste (o no) el vestido de la Pedroche, la Navidad sigue siendo ese momento en que, jóvenes y mayores, nos sentamos en la misma mesa para compartir y celebrar que seguimos juntos. Seamos Reyes o periodistas, todos buscamos lo mismo en estas fechas: unirnos para disfrutar la vida. Feliz Año.
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