Ángeles Parra: «El mundo bio existiría sin BioCultura, pero sería diferente»
Ángeles Parra, directora de BioCultura y presidenta de la Asociación Vida Sana
"A los españoles nos cuesta entender el abanico de virtudes del alimento ecológico"
Este mes de noviembre se cumplen 40 años desde la primera edición de BioCultura en Madrid, pioneros en sacar adelante una feria única en España dedicada a los productos ecológicos y al consumo responsable.
Todo ello en un momento muy interesante para la agricultura ecológica en España, que ha crecido un 12% hasta rozar las casi 3 millones de hectáreas en 2023, y todo indica que seremos los primeros tras adelantar a Francia.
Detrás de esta aventura y proeza, que se inició hace cuatro décadas enun movimiento inédito en España, está un equipo encabezado por Ángeles Parra, la directora de BioCultura y presidenta de la entidad que organiza la feria, la Asociación Vida Sana. Es una activista incansable que en sus ratos libres, los dedica a pasear por la naturaleza y por las orillas del Mediterráneo.
BioCultura Madrid 2024
Y es que BioCultura es más que una feria, se trata de un punto de encuentro de productores y consumidores conscientes, de una agenda apretada de actividades y conferencias y de tratar de cuidar al planeta, con reivindicaciones y la lucha, por ejemplo, de la defensa de la denominación «bio» frente a gigantes de la alimentación.
BioCultura llegará este mes de noviembre a Recinto Ferial del IFEMA los días 21, 22, 23 y 24, con una amplia oferta de alimentación ecológica, cosmética e higiene eco-natural certificada, moda sostenible, estilo de vida, salud y bienestar. La organización anuncia la participación de 400 expositores y superar de nuevo los 50.000 visitantes.
OKGREEN: Cuando piensas que os encamináis a celebrar los 40 años de BioCultura, ¿cuál es la primera emoción que te llega?
ÁNGELES PARRA: Lo primero que pienso es que la vida es extraña, curiosa, misteriosa. Cuando montamos la primera BioCultura, hace 40 años, en la Casa de Campo de Madrid, con el apoyo del entonces alcalde, Don Enrique Tierno Galván, «El Profesor», no teníamos ni idea de todo lo que iba a acontecer después.
Entonces no había ni una sola hectárea certificada como ecológica en España. Hoy llegamos a los 3 millones. Se ha ido haciendo todo poco a poco. Parece mentira de lo que es capaz el ser humano. El éxito del sector productivo ecológico en España es el fruto del tesón de mucha gente. Y sí, ¡me emociona ver todo lo que se ha conseguido!
P.: Sois un referente como feria, formáis parte de la historia del consumo responsable y de la alimentación ecológica en España. El ser pioneros también supone una responsabilidad. ¿Habéis sentido ese peso por señalar un camino?
R.: Esa responsabilidad nos ha marcado en estos 40 años. Porque, cuando nosotros empezamos, como ya he dicho, por no haber… no había ni certificación oficialmente reconocida. Hemos tenido nuestros aciertos y nuestros errores. Porque somos humanos y tenemos virtudes y carencias.
Pero lo que siempre nos ha movido ha sido el activismo. En mucha menor medida, el negocio. Lo suficiente como para poder ser rentables y tener que pedir las mínimas subvenciones.
La feria ha sido el reflejo del mercado pero, sobre todo, ha sido un acelerador del proceso y un marcador de tendencias. El mundo bio existiría sin BioCultura, por supuesto, pero sería diferente.
P.: Supongo que serán muchos, pero, ¿cuál ha sido el momento que más os ha marcado en estas cuatro décadas?
R.: En 40 años de feria ha pasado de todo. Un momento que marcó un antes y un después fue el paso de la Casa de Campo a IFEMA, traslado que hicimos con temor, pero que finalmente resultó un gran acierto, ya que aumentamos considerablemente tanto el número de expositores como de visitantes.
Me gustaría destacar que la feria ha servido para crear conciencia y que muchos niños y niñas que crecieron en los pasillos de la feria hoy son ecoemprendedores solventes.
Por otro lado, un mal trago fue lo de la pandemia del Covid con su posterior crisis económica. Todavía estamos recuperándonos de sus estragos… Pero, por otro lado, y pensando en años atrás, lamentablemente los escándalos alimentarios (vacas locas, dioxinas en los pollos, etc.) supusieron un salto positivo para el sector ecológico que ofrece siempre garantías desde muchos puntos de vista.
P.: Todo apunta a que nos vamos a convertir en el primer país de Europa en Superficie Agrícola Utilizada. Sin embargo, los españoles nos gastamos 64 euros per cápita al año en consumo ecológico, muy lejos de los 437 euros suizos… ¿Esto está íntimamente ligado con el nivel económico que tenemos? ¿Qué debemos hacer como estado para avanzar en este sentido?
R.: Sí. Somos, principalmente, productores. Pero el consumo interno está creciendo y es esperanzador. España se ha afianzado en el top 10 de los países con mayor cuota de mercado bio y ha logrado alcanzar los 3.000 millones de euros en el año 2023.
Por delante se sitúan sólo EE.UU., Alemania, China, Francia, Canadá, Suiza, Italia, Reino Unido y Suecia. Además, España representa el 5,7% de la cuota de mercado europea.
Y todo indica que podría seguir creciendo del orden de 6 o 7% anual. El gasto per cápita de los españoles se situaba en 2023 en 64 euros de media al año en productos bio (datos elaborados por Ecovalia a partir de información del MAPA), efectivamente. Esto indica que le queda mucho por recorrer al sector.
Las comunidades autónomas se reparten así los porcentajes más altos de consumo: 117 euros, Baleares; 86 euros, Galicia; 80 euros, Cataluña, etc. Hay varios motivos del porqué cuesta aumentar el consumo en España, yo creo que a los españoles nos cuesta entender cuál es el infinito abanico de virtudes que tiene el alimento ecológico y por eso avanzamos con lentitud en el consumo interno.
La crisis coyuntural tampoco ayuda. Y la alta inflación, tampoco. Por eso pedimos constantemente al gobierno, entre otras cosas, grandes campañas de promoción en los medios públicos… y un plan estratégico que ayude en esta dirección, que por otra parte sería además más ecológico al evitar transportes a otros países.
P.: ¿Crees que una de las vías es lograr bajar el IVA a los productos ecológicos?
R.: Trabajamos mano a mano con las principales asociaciones del sector para presionar al gobierno en pro de una transición rápida hacia la agroecología.
Las principales demandas del sector a los respectivos gobiernos (central, autonómicos, municipales, diputaciones…) para que apoyen de todas las formas posibles la producción y el consumo ecológico son: Pedimos IVA 0, o reducido para el producto bio; Incentivos fiscales de diversa índole; Compra pública orgánica para comedores escolares, hospitales, residencias de ancianos… Y, como decía antes, grandes campañas de promoción de la agroecología en los medios públicos de información.
P.: ¿Los avances en este sector han venido de la mano de ciertos momentos políticos? ¿Es una reivindicación que compartís?
R.: El avance del sector ecológico en España, no ha tenido tanto que ver con quienes han estado en las administraciones públicas. Si que es cierto que algunos gobiernos han sido, o son, más sensibles que otros. Pero lo que si continúa influyendo son los lobbies agro-industriales que tienen mucha fuerza en España.
Por otra parte, yo diría que se pueden contar con los dedos de una mano los políticos sensibilizados con las temáticas de BioCultura. Aprovecho para nombrar a Tierno Galván, ya que gracias a él fue posible el nacimiento de BioCultura. Muy pocos y pocas están a su altura. Si el sector ha avanzado ha sido, por encima de todo, por la energía y el compromiso de ecoemprendedores, agricultores, ganaderos, ciudadanos y prescriptores.
P.: En el último año los agricultores han tenido mucho protagonismo con sus reivindicaciones… ¿Compartes y comprendes alguna de sus inquietudes?
R.: El mundo agrario es plural y no todas las reivindicaciones son las mismas. No podemos compartir las exigencias de los megaempresarios que quieren seguir apostando por grandes granjas de bovino y/o porcino, por ejemplo, altamente contaminantes.
Tampoco podemos compartir las peticiones de los latifundistas que quieren seguir explotando las fincas a la manera industrial, con sus enormes consecuencias sanitarias, ambientales y sociales. Nuestra apuesta es por la agroecología y los circuitos cortos.
El sistema industrial nos encamina hacia la destrucción, la enfermedad y la merma de la biodiversidad. Pan (para unos pocos) para hoy y miseria para mañana.
La transición urgente hacia la agroecología significaría: combatir el calentamiento global, frenar la desertización, dar vida a los pueblos, darle salud a nuestros organismos, conservar los ecosistemas… Esas sí que son nuestras reivindicaciones, y también dignificar el trabajo de los que nos dan de comer de forma saludable.
P.: ¿Podría ser la agricultura ecológica una vía de solución para alguna de esas reivindicaciones?
R.: Sí, por supuesto. No nos cabe ninguna duda de ello. La producción ecológica es multi-solución a muchos problemas ambientales, sanitarios, de mitigación del cambio climático, de re-localización de las economías, y un largo etcétera…
Miles de científicos en todo el planeta, dejan claro la influencia de los tóxicos sobre la salud, ¿por qué no se les escucha? No es una opinión personal. Es un clamor global.
P.: El mercado mundial ecológico sigue creciendo. Sin embargo, el uso de los pesticidas sigue aumentando, España lidera su empleo, y con una Europa que parece que no quiere poner más restricciones… ¿Estamos ante una cuestión puramente geopolítica?
R.: Vivimos en una sociedad muy convulsa y compleja. En nuestro mundo, aumenta el consumo de alimentos agroecológicos al mismo tiempo que aumenta el consumo de comida basura y ultraprocesada, y sus respectivas consecuencias.
¿Qué hacer? En lo personal y en lo público, trabajar en el camino correcto a seguir por el bien de la Humanidad, los ecosistemas y la salud de nuestra propia familia y todos los seres vivos.
Lo demás… no está en nuestras manos. Concienciarnos de consumir sólo aquello que regenera. Evitar consumir lo que denigra y aumenta la degeneración. Contribuir, en todo lo que se pueda, a restaurar el mundo y, sobre todo, el alma del mundo.
P.: Para terminar, ¿a quién pondrías como ejemplo de buen hacer en el sector? Elige entre una persona, una empresa o una institución…
R.: Nombraría a los científicos que trabajan a diario por acercar motivos para que se legisle para eliminar los productos tóxicos presentes en nuestra comida, medioambiente… y a los que trabajan por demostrar las ventajas de producir y consumir productos ecológicos también desde el rigor científico. Para mi, los principales son el Dr. Nicolás Olea y la Dra. Dolores Raigón, respectivamente.
Olé y olé por los dos. Son grandes personas que trabajan por el bien común. Necesitamos más personas comprometidas así.
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