Los expertos aclaran si es malo lavarse el pelo todos los días y cuántas veces hay que hacerlo a la semana
¡Hay que tener en cuenta muchos factores!
El debate sobre si es bueno o no lavarse el pelo cada día sigue siendo un tema muy comentado entre los expertos. Hay quienes considera que no pasa nada por hacerlo pero también hay quienes discrepan y piensan que puede ser perjudicial porque acaba secando el cuero cabelludo. Pero, ¿quién está en lo cierto? Según explican los expertos, no hay una respuesta universa porque hay muchos factores que se deben tener en cuenta a la hora de decidir cuál es la frecuencia ideal para lavarse el pelo.
Lavarse el pelo todos los días: ¿sí o no?
Uno de los más importantes es la cantidad de sebo que produce el cuero cabelludo. Es decir, no tenemos que lavarlo con la misma frecuencia si tenemos el pelo graso o seco. Las glándulas sebáceas, tal y como su propio nombre indica, son las que se encargan de producir esta sustancia sobre el cuero cabelludo, pero la cantidad depende de las hormonas, la genética, los niveles de contaminación… Ahora bien, cada persona genera una cantidad determinada de glándulas sebáceas, así que la frecuencia de lavado puede variar.
Desde la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) señalan que la facilidad con la que se ensucia el pelo es el factor más determinante a la hora de establecer una frecuencia de lavado. Como resulta lógico, las personas con el pelo graso tienen que lavarse el pelo con mayor frecuencia que las que lo tienen normal o seco.
Por lo tanto, lavarse el pelo a diario no es perjudicial para las personas cuyas glándulas sebáceas producen una cantidad excesiva de sebo. Es más, esta rutina puede ser beneficiosa para evitar posibles complicaciones de la salud capilar, como la aparición de caspa.
Cómo lavarse el pelo paso a paso
Parece que lavarse el pelo es lo más fácil del mundo. Pero para conseguir el resultado deseado hay que seguir una serie de pasos.
Lo primero es mojar la melena con agua tibia. Luego se aplica la cantidad justa de champú (el tamaño de una avellana para pelo corto y de una nuez para el pelo largo). Hay que hacer un poco de espuma añadiendo un poco de agua y masajear el cuero cabelludo haciendo movimientos circulares.
Y, para acabar, se aclara el cabello con abundante agua tibia para eliminar todos los residuos. Y, por último, se hace un aclarado con agua fría para sellar las cutículas y estimular la circulación sanguínea.