‘The New York Times’ desvela que Ana Obregón tuvo una relación sentimental con Jeffrey Epstein
Jeffrey Epstein mantuvo una relación romántica con Ana Obregón a principios de los años ochenta
Tras la quiebra de Drysdale Securities, Epstein fue contratado por estas familias para recuperar fondos desaparecidos
Esta operación marcó el inicio de su fortuna y red de influencia internacional

La historia de Jeffrey Epstein ha estado rodeada durante años de escándalos, poder y secretos, pero una de las revelaciones más sorprendentes que ha salido ahora a la luz es un vínculo hasta ahora desconocido: su relación romántica con Ana Obregón. Así lo desvela The New York Times en un amplio reportaje que reconstruye cómo el financiero, posteriormente acusado de tráfico y abuso sexual de menores, comenzó a construir su fortuna y su red de contactos internacionales. Lo que no se sabía hasta ahora es que, en el origen de ese ascenso, estuvo una relación sentimental con uno de los rostros más populares de la crónica social de nuestro país.
A principios de los años ochenta, Ana Obregón se encontraba en uno de los momentos más brillantes de su carrera. Era una figura habitual en el cine, el teatro y la televisión, y su proyección internacional la había llevado a instalarse en Nueva York para formarse como actriz. Fue allí donde conoció a Jeffrey Epstein, presentado por una persona en común. Según el diario estadounidense, entre ambos surgió una relación que fue más allá de la amistad, aunque nunca llegó a consolidarse como un romance formal. Epstein intentó conquistarla desde el primer momento, desplegando lujo, atención constante y un estilo de vida deslumbrante que contrastaba con la imagen que ella tenía entonces del mundo financiero.

Jeffrey Epstein en los años 2000. (Foto: Gtres)
La actriz llegó a describirlo años más tarde como «el hombre perfecto del que nunca me enamoré», una frase que hoy adquiere un significado inquietante. Epstein no solo formó parte de su vida sentimental, sino también de su entorno familiar. Viajó a Madrid, conoció a sus padres y a sus hermanas, y se integró durante un tiempo en el círculo más íntimo de la actriz. Aquella cercanía, hasta ahora poco conocida, fue determinante para que Epstein entrara en contacto con influyentes familias españolas.
En ese contexto se produjo la quiebra de Drysdale Securities, una firma financiera que había gestionado inversiones millonarias de varias familias adineradas españolas, entre ellas la de Ana Obregón. La desaparición de esos fondos supuso un golpe devastador, y fue entonces cuando Epstein se ofreció para ayudar a localizarlos. Gracias a la confianza generada por su relación con la actriz, fue contratado para rastrear el dinero perdido, una tarea que acabaría cambiando su vida.




Ana Obregón en Madrid. (Foto: Gtres)
Tras meses de investigación y con la ayuda de un exfiscal federal, Epstein logró localizar los fondos en una sucursal de un banco canadiense en las Islas Caimán. El éxito de esta operación lo catapultó profesionalmente: recibió una cuantiosa recompensa económica y, por primera vez, se convirtió en millonario. A partir de entonces, comenzó a presentarse como un «cazarrecompensas» financiero capaz de recuperar dinero oculto en las estructuras más complejas del sistema bancario internacional. Mientras tanto, la relación con Ana Obregón se fue enfriando con el paso del tiempo.
Epstein, que mantenía otras relaciones sentimentales en paralelo, acabó alejándose del círculo de la actriz. Durante años, para ella, Jeffrey fue simplemente un recuerdo del pasado, un hombre brillante y atento que había formado parte de una etapa intensa de su vida en Nueva York.