Iñaki Urdangarin se desnuda: la prisión, el divorcio con la infanta Cristina y su verdad más íntima
Iñaki Urdangarin concedió este jueves su primera entrevista televisiva de carácter personal
La conversación se emitió en el programa 'Pla seqüència' de La 2Cat, presentado por Jordi Basté
Urdangarin habló con sinceridad sobre los momentos más duros que vivió en prisión

Iñaki Urdangarin concedió este jueves su primera entrevista televisiva de carácter personal tras salir de prisión, ofreciendo una visión inédita de su vida. La conversación, emitida en el programa Pla seqüència de La 2Cat, presentado por Jordi Basté, se desarrolló en un único plano secuencia de 50 minutos, sin cortes ni artificios, mostrando al ex duque de Palma en un registro íntimo, reflexivo y profundamente humano. Urdangarin abordó aspectos esenciales de su trayectoria: su paso por la cárcel, su divorcio con la infanta Cristina, la reconstrucción de su vida personal y profesional, su relación con sus hijos y su pareja actual, Ainhoa Armentia, así como sus proyectos futuros. La emisión, además, coincide con la publicación de las memorias del Rey Juan Carlos, situando su relato en un contexto mediático único.
Durante la entrevista, Urdangarin habló con sinceridad sobre los momentos más duros que vivió en prisión. Pasé alrededor de mil días en la cárcel… y mil noches», confesó, haciendo hincapié en la intensidad del aislamiento y el impacto emocional que aquella etapa tuvo en su vida. Reconoció que los primeros tres meses fueron especialmente difíciles, un periodo en el que lloró «muchísimo» y en el que la introspección y el estudio se convirtieron en sus herramientas para sobrellevar la experiencia. Durante su estancia en la prisión de Brieva (Ávila) y en los centros de reinserción de Alcalá de Henares y Zaballa, se formó en Psicología del Coaching y Bienestar Emocional, obteniendo además la titulación de Entrenador Nacional de Balonmano, lo que marcó un giro en su trayectoria hacia la ayuda a otros y la reinvención personal.
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El ex duque repasó también su vida familiar y los efectos que la condena tuvo en su matrimonio con la infanta Cristina. La distancia emocional y el desgaste provocados por la experiencia carcelaria llevaron finalmente a la ruptura, aunque siempre ha mantenido un profundo respeto por sus cuatro hijos: Juan, Pablo, Miguel e Irene. Urdangarin subrayó la importancia de protegerlos del foco mediático, respetando sus límites y manteniéndolos alejados de la exposición pública. En contraste, destacó el papel de su actual pareja, Ainhoa Armentia, describiéndola como «la mujer que me ha amado sin pedir nada a cambio», un pilar fundamental en esta nueva etapa de su vida que le ha brindado estabilidad y apoyo emocional.
En el plano profesional, Urdangarin compartió su evolución tras la cárcel. Tras iniciar su regreso a la vida laboral en el bufete Imaz & Asociados en Vitoria, centró sus esfuerzos en Bevolutive, su proyecto de coaching, liderazgo y desarrollo personal. Allí aplica su experiencia deportiva, su paso por la élite y las lecciones de vida aprendidas en prisión para guiar a directivos, deportistas y equipos en procesos de crecimiento y transición. Según explicó, su metodología se basa en tres pilares fundamentales: la persona, las relaciones y el rendimiento, destacando la vulnerabilidad como herramienta clave de aprendizaje y liderazgo.

Iñaki Urdangarin en un evento deportivo. (Foto: Gtres)
El pasado y futuro profesional de Iñaki Urdangarin
Urdangarin también anticipó algunos de sus proyectos futuros. Aunque ha recibido propuestas profesionales para televisión y radio, su prioridad sigue siendo la labor de coaching y formación, así como la publicación de un libro concebido como guía de superación personal. Este texto, que no se considerará unas memorias al uso, se centra en ofrecer herramientas y aprendizajes derivados de su experiencia vital, incluyendo su carrera deportiva, su paso por la cárcel y la reconstrucción de su vida personal. Su intención es que sirva como guía para quienes enfrentan momentos de crisis o cambios radicales en sus vidas.
La entrevista permitió además a Urdangarin recordar sus años de gloria deportiva, especialmente su etapa en el Fútbol Club Barcelona y con la selección española de balonmano, con la que participó en tres Juegos Olímpicos y ganó dos medallas de bronce. Según explicó, esos años de disciplina, esfuerzo y trabajo en equipo le enseñaron valores que hoy aplica y que considera fundamentales para enfrentar cualquier adversidad.




Iñaki Urdangarin durante un partido de balonmano. (Foto: Gtres)
Familia, lealtad y distancia: Urdangarin y la otra cara de la Casa Real
En lo personal, Urdangarin también repasó la importancia de su familia y su entorno. Destacó el papel de su madre, Claire Liebaert, como apoyo constante durante los momentos más difíciles, y la relación excepcional que ha mantenido con su exmujer Cristina a nivel familiar, especialmente en la crianza de sus hijos, pese a la ruptura. La relación con la familia real, en cambio, ha quedado marcada por la distancia: tras el divorcio y la pérdida de sus escoltas, Urdangarin se ha desvinculado prácticamente de la vida institucional, manteniendo únicamente el vínculo afectivo a través de sus hijos.




El Rey Juan Carlos junto a Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. (Foto: Gtres)
En paralelo, la historia de Urdangarin se entrelaza con la visión que Juan Carlos I ofrece en sus memorias Reconciliatión, donde el antiguo monarca se muestra más como padre que como jefe de Estado. En ellas, describe el papel de patriarca, consciente de sus errores y de las responsabilidades económicas y afectivas asumidas durante años, especialmente con sus hijas Elena y Cristina y sus respectivas familias. Según relata, Cristina enfrentó los momentos más duros del proceso Nóos con valentía, continuando con su trabajo y visitando a su marido en prisión, mientras él procuraba protegerla y sostener económicamente a la familia cuando fue necesario.
Estas páginas reflejan cómo la presión institucional, mediática y familiar influyó en la experiencia de Urdangarin, mostrando que detrás de la polémica pública existía un entramado de apoyo, lealtad y sacrificio personal por mantener los vínculos familiares. Así, tanto el ex duque como el Rey muestran dos caras de una misma historia: la complejidad de equilibrar afectos, responsabilidades y reputación en el contexto de la Casa Real y las circunstancias extremas que marcaron su vida.