Mario Conde recibió a Bárbara Rey y envió una nota a Don Juan Carlos avisándole de sus intenciones
El CNI compró el silencio de Bárbara Rey, amante de Juan Carlos I, con fondos reservados en Luxemburgo
Bárbara Rey tenía una caja de seguridad en su banco de Luxemburgo para guardar documentos sensibles
Bárbara Rey temía que el CNI le tendiera una trampa en Luxemburgo con dinero sucio del narco o armas
Agentes del CNI grabaron con cámaras ocultas en su chalé a Juan Carlos I y Bárbara Rey
Los objetivos estaban ocultos en los armarios del dormitorio
Mario Conde informó a Don Juan Carlos de un encuentro con Bárbara Rey con una nota que le hizo llegar a La Zarzuela a través de un intermediario de confianza para ambos. En el mensaje le alertaba de las confesiones de la actriz, le avisaba de sus intenciones, y le indicaba que le parecía un asunto muy grave. El emisario le confirmó después la entrega del mensaje en la Casa del Rey, pero Su Majestad nunca llamó al banquero para agradecerle su gesto o comentar su contendido.
La visita de Bárbara Rey al banquero en su despacho de la calle Gobelas coincidía con el momento de mayor tensión en las relaciones amorosas de la actriz con Don Juan Carlos. La vedette había amenazado con desvelar las grabaciones de sus encuentros secretos con el Rey si no le resolvían su situación económica.
Una persona del entorno de la actriz le aconsejó entrevistarse con Mario Conde. Por ello contactó con el banquero a través de su abogado Mariano Gómez de Liaño, a quien se le presentó como María García García, su nombre real. El letrado aconsejó a su cliente la reunión y Conde la recibió el 24 de enero de 1997 en el despacho que había alquilado en la calle Gobelas de Madrid, tras abandonar Banesto.
En aquellas fechas, el CESID –el servicio secreto anterior a la constitución del CNI– ya había abierto a la actriz una cuenta en el Kredietbank de Luxemburgo con un ingreso de 26,3 millones de pesetas para acallar sus primeras amenazas, como publicó en exclusiva OKDIARIO.
Pero la vedette también había pasado por el mal trago de un robo en su domicilio familiar, donde le sustrajeron cintas de vídeo y audio, fotografías y otros documentos relacionados con sus encuentros con el Rey. Fue a partir de ese asalto cuando decidió entrevistarse con Mario Conde, que ya había sido procesado por el caso Banesto y estaba pendiente de la sentencia del caso Argentia Trust.
«Yo he sido la amante del Rey»
La vedette se presentó en el despacho con un primer comentario que no dejaba dudas sobre el objeto de su visita: «Yo he sido la amante del Rey». Y le contó lo mal que lo estaba pasando desde su ruptura unos meses antes. Se lamentaba de que su relación con el Rey la había perjudicado más que beneficiado. «Me han echado de la tele», se quejaba.
Conde había conocido a Bárbara Rey en 1987 cuando era presidente de Banesto. El banco tenía por costumbre organizar una sesión de circo para los hijos de los trabajadores y contrató el de Ángel Cristo. El banquero llegó a visitar a la vedette en el camerino.
La primera intención de Bárbara Rey era que Mario Conde le comprara todo el material que había acumulado durante años, pero en ningún momento le exhibió ninguna cinta de vídeo ni fotografías de sus encuentros con Don Juan Carlos. Cuando Conde declinó la oferta ella le pidió que hiciera de intermediario. Percibiendo la gravedad del asunto, el banquero decidió informar a Su Majestad a través de una nota.
Sobre todo, cuando la actriz le hizo ver que la gravedad del asunto no se debía a la revelación de sus relaciones íntimas con el Rey ni al contenido de las imágenes sino a los comentarios de Su Majestad sobre la vida política española.
Bárbara Rey no mintió a OKDIARIO cuando le aseguró que jamás había enseñado a Mario Conde imágenes de sus relaciones con Don Juan Carlos. Tampoco cuando afirmó que había sido ella la que había llamado al banquero y no al revés, como habían publicado algunos medios.
«Aquí te traigo una muestra»
Durante el encuentro la vedette sacó del bolso una grabadora y le espetó: «Aquí te traigo una muestra». Reprodujo a Conde una cassette con una conversación que había grabado a uno de los amigos del Rey que, en un primer momento, había hecho de intermediario para recuperar las cintas. En la grabación se escuchaba al amigo íntimo de Su Majestad decir: «Mario Conde y Julio Anguita quieren acabar con la Monarquía».
Ésa fue la primera y última vez que Conde se reunía con la vedette. Ella volvió a llamar varias veces, pero fue atendida por otra persona del despacho.
El banquero, seguidamente, decidió quitarse de en medio. Principalmente, cuando se enteró de que La Moncloa –ocupada por José María Aznar desde mayo de 1996– había dado la orden de que los contactos con Bárbara Rey sólo se efectuaran a través del CESID. La decisión se tomó en una reunión con Fernando Almansa, entonces jefe de la Casa del Rey, que mantenía una estrecha amistad con Mario Conde.
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