Policías de Maduro roban con impunidad en la calle a los manifestantes

La miseria y la carencia de acceso a los alimentos y medicinas es tal en Venezuela que hasta los agentes de policía  y de la Guardia Nacional Bolivariana aprovechan las operaciones de represión de las manifestaciones de los últimos dos meses para robar a los opositores.

Móviles, relojes, bolsos… cualquier posesión de los ‘detenidos’ es susceptible de ser requisada para luego ser vendida en el mercado negro. Los agentes de Nicolás Maduro se aprovechan de su autoridad y de sus armas para actuar de manera impune mientras la gente en las calles pide libertad, pan, democracia y medicinas.

Por eso, Cáritas Española ha lanzado la campaña de solidaridad ‘Cáritas con Venezuela’ para responder a la petición urgente de la Cáritas de ese país para recaudar 1,8 millones de euros necesarios para financiar el reparto de ayuda de emergencia en diez estados ante la falta de acceso a la alimentación y la salud. Por el momento, Cáritas Española ha enviado una partida de 200.000 euros como ayuda inicial.

El plan de respuesta a la crisis humanitaria de acceso a alimentación y salud que acaba de poner en marcha Cáritas Venezuela tiene como objetivo prioritario garantizar durante un año ayuda de primera necesidad a 24.000 personas en los estados de Caracas, Miranda, Lara, Trujillo, Barinas, Anzoátegui, Zulia, Bolívar, Sucre y Vargas.

Los destinarios de esta operación serán niñas y niños menores de 5 años, mujeres embarazadas, personas mayores que viven solas y familias en situación de especial dependencia. La distribución de la ayuda se realizará a través de la red nacional de Cáritas diocesanas y parroquiales.

Cáritas Venezuela hace esta petición de ayuda a todas las Cáritas de la red internacional ante el «progresivo deterioro de las capacidades de subsistencia de las familias más vulnerables, acuciadas por el agravamiento progresivo de la escasez de productos de primera necesidad, los niveles de inflación, el colapso del sistema de salud y el clima de violencia, que limita seriamente el acceso a alimentos, atención médica o servicios básicos del gobierno».

Según los datos aportados por Cáritas Venezuela, el 82% de los venezolanos vive actualmente en la pobreza. La inflación anual acumulada es del 700%, la más alta del mundo, el FMI prevé un aumento del 1.200% en el IPC en el próximo año; y la inflación alimentaria reflejada por el programa de alimentación del Estado es del 833% en el último año.

Asimismo, según señalan, la salud se está deteriorando debido a una escasez de productos farmacéuticos de más del 85%; no es posible encontrar 11 de 29 medicamentos básicos para el tratamiento del cáncer y se está produciendo una emergencia por enfermedades que se pensaba que habían sido erradicadas, en particular el paludismo, la difteria y la tuberculosis.

Cáritas Venezuela también alerta de que la desnutrición aguda en menores de 5 años se ha triplicado en menos de 2 años y supera los umbrales permisibles de severidad de la OMS y añade que en el último año se ha registrado un aumento en un tercio de la mortalidad infantil y de dos tercios de la mortalidad materna.

En el ámbito educativo, durante el año 2017 el abandono escolar de estudiantes de primaria se ha incrementado en un 45% —un 20% en las escuelas de la Iglesia católica—; y el 45% de los niños señalan que faltan a la escuela porque no tienen qué comer.

Cáritas Venezuela asegura que el país se ha convertido «en un estado fallido, sin garantías de servicios esenciales para alcanzar bienestar nutricional, salud, agua, educación y bienestar general».