España
Caso Gürtel

La UDEF y la Fiscalía alimentaron durante 10 años la mentira de que Bárcenas era ‘Luis el Cabrón’

La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) ha mantenido durante casi diez años, desde marzo de 2009, viva la mentira de que Luis Bárcenas era “Luis el Cabrón”. De que el entonces senador del PP era quien se escondía tras ese seudónimo junto a la cantidad de 72.000 euros que aparecía anotada en la contabilidad “B” de Francisco Correa. Sin esa imputación se le desmoronaba la imputación de cohecho contra el tesorero y representante del PP en la Cámara Alta.

Sin embargo, casi diez años después el mismo tribunal que lo condena a 33 años de cárcel por blanqueo lo exime del delito de cohecho al considerar que Bárcenas nada tiene que ver con un personaje de novela negra que aparecía en los papeles de Correa como “Luis el Cabrón”. Bárcenas siempre negó que tras ese seudónimo se ocultara él pero el inspector de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, Manuel Morocho, su bestia negra de la Gürtel, mantuvo la acusación durante años aún a sabiendas de que nada tenía que ver con tan estrafalario y misteriosos personaje.

Tras la sentencia fuentes judiciales de la Audiencia Nacional señalan a OKDIARIO que la Policía y el juez instructor siguieron a Bárcenas relacionándolo con “Luis el Cabrón” aún persistiendo la duda para poder materializar la imputación del delito de cohecho porque el resto de los delitos habían prescritos: “Tal falsedad sirvió a la policía para colocar a Bárcenas en el punto de mira de sus investigaciones y presionarle para que renunciara a su aforamiento. A partir de ahí, dieron con sus cuentas en Suiza”, señalaron las mismas fuentes.

Ahora, diez años después desde el inicio de las pesquisas contra la Gürtel, en el verano de 2008, la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Nacional aclara en su texto que no queda “suficientemente acreditado” que fuera Luis Bárcenas. Y mantiene: “Pero como el Ministerio Fiscal, según explicaba en su informe, sólo acusa por esos 72.000 euros de 2007 y no formulaba acusación en relación con las entregas anteriores, por considerar que un eventual delito de cohecho en base a ellas estaba prescrito, es por lo que procede la absolución por ese único delito de cohecho que tiene su base en los referidos 72.000 euros”.

El Tribunal rechaza el vínculo

Es sorprendente que una cuestión tan vehicular en los informes policiales de la UDEF, que había provocado la investigación contra Bárcenas y motivado después la acusación de cohecho, quede fulminada por el tribunal de la Gürtel en cinco líneas de la sentencia. Resulta, por tanto, más que evidente que el juez instructor de la Gürtel, la Fiscalía Anticorrupción y la Policía sospechaban desde el inicio que resultaba poco probable que Luis Bárcenas fuera “Luis el Cabrón”, pero nadie hizo nada en casi diez años para remediar el resbalón. Incluso cuando el ex tesorero pidió ayuda a la Vicepresidencia del Gobierno y, más tarde, le aconsejó que presentara un escrito al ex director de la Policía, informándole de los datos reales del verdadero “Luis el Cabrón”. Ignacio Coisidó, en lugar de recabar los datos y hacerlos llegar a la UDEF para que corregir sus errores, los remitió al Juzgado.

Durante la vista oral de la Gürtel nuevamente quedó acreditado por el testimonio de varios testigos que Bárcenas nunca había sido “Luis el Cabrón” pero Anticorrupción -las dos fiscales Concepción- recogieron en su informe de conclusiones que había quedado resuelto “meridianamente” que Bárcenas era “Luis el Cabrón”.

La aclaración de la identidad de ese seudónimo maldito benefició indirectamente a Álvaro Pérez El Bigotes que quedaba absuelto. Si Bárcenas no era “Luis el Cabrón” y, por tanto, quedaba fuera del delito de cohecho, no tenía sentido que la Justicia fuera contra El Bigotes por un delito inexistente.

Era sabido que el alias de “Luis el Cabrón”, que aparecía en la contabilidad “B” de Francisco Correa como el perceptor de 72.000 euros en junio 2007, correspondía a un constructor llamado “Luis” y no al ex tesorero del PP, Luis Bárcenas.

Los agentes de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales comenzaron, desde marzo de 2009, a descartar la relación entre Bárcenas y “Luis el Cabrón”, según ha podido saber OKDIARIO de fuentes policiales, pero nunca plasmaron sus convicciones en un informe oficial ni abrieron nuevas pesquisas para llegar a la verdadera identidad. ¿El resultado?: el juez Pablo Ruz imputó en 2013 a Bárcenas por cohecho en base a la anotación de “Luis el Cabrón”, apadrinada por los investigadores. El informe de la UDEF, fechado el 23 de febrero de 2009, adjudicándole a Bárcenas el seudónimo, fue validado por el juez Baltasar

Garzón, quien desde el primer momento inició dentro de la Gürtel una investigación secreta contra el tesorero del PP, mientras éste era senador y, por tanto, disfrutaba de la condición de aforado.

Un delito de cohecho inexistente

El entonces senador y tesorero del PP negó su vinculación con “Luis el Cabrón” pero el inspector jefe de la UDEF, Manuel Morocho, y su equipo insistieron en sus acusaciones para que no decayera el delito de cohecho. Como reconoce el tribunal nunca la motivaron. En el espeso sumario de la Gürtel no se recoge ninguna pesquisa que aclare con detenimiento tal relación.

El policía Morocho, que desde el primer momento demostró una especial inquina hacia el PP en la investigación de la Gürtel -él nunca lo ocultó-, despreció el testimonio de varios trabajadores de la trama Gürtel que negaban aquel vínculo. El contable José Luis Izquierdo y la directiva Isabel Jordán, declararon que “Luis el Cabrón” era otra persona pero los policías nunca quisieron identificar.

El inspector jefe Morocho -que aparece en la causa como el funcionario con carnet profesional número 81.067- y sus compañeros de la UDEF se negaron a trasladar las evidencias a la investigación porque suponía el desmoronamiento de uno de los planteamientos claves trazados por el equipo del entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Resultaba un tanto extraño que el agente 81.067 de la UDEF se presentara ante Garzón, a finales de febrero de 2009, para ratificarse en su informe sobre las actividades ilícitas de Bárcenas y, en ningún momento de su comparecencia, ni el juez ni las fiscales del caso le preguntaran por las investigaciones sobre “Luis el Cabrón”. Al menos, ese seudónimo no figura en ninguno de los 14 folios que componen el acta de comparecencia de Morocho ante el Juzgado Central número 5 de la Audiencia Nacional. El inspector jefe de la UDEF se limita a decir: “En la contabilidad ‘B’ del pendrive hemos ido viendo que, sistemáticamente, aparecían referencias a una persona denominada de diferente forma, bajo ‘L. Barc’, ‘L.B’ o ‘L.
Bárcenas’, en cuentas similares que se repetían y que se apoyaba en la documentación encontrada dentro de la caja, de la carpeta azul, y uno de los beneficiarios de las mismas era una persona bajo el nombre de ‘L.B’”. Sólo las iniciales y el apellido de Bárcenas, pero ni rastro de “Luis el Cabrón”.

Sin embargo, Luis Bárcenas, primero cuando compareció ante el juez Francisco Monterde en el Tribunal Supremo, el 22 de julio de 2009, cuando aún disfrutaba del aforamiento de senador y, más tarde, cuando declaró ante el magistrado Pedreira en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid, siempre negó que tuviera algo que ver con “Luis el Cabrón”. En su comparecencia ante el magistrado Pedreira, en el TSJ, el ex tesorero del PP invitaba a Morocho y sus colegas a que investigasen a otros sospechosos: “¿No se plantean ustedes de verdad otras alternativas lógicas de que ese ‘Luis el Cabrón’ sea otra persona?”. E indicaba al juez que existían otros “luises” en la investigación de la Gürtel.