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Sánchez pasa del «sobra Defensa» a protagonizar la presentación del gran buque de guerra español

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha desplazado este miércoles hasta los astilleros de Navantia en Ferrol para asistir al acto de corte de chapa de la primera de las cinco fragatas de la clase F-110 para la Armada. Un hito que marca el inicio de la construcción de los buques más avanzados de toda la historia de la Marina española, cuyo coste superará los 4.300 millones de euros. La presencia de Sánchez ha descolocado a la Armada y a Navantia, ya que nunca antes un presidente había acudido a un acto de este tipo. De hecho, Moncloa maniobró -e incluso retrasó el acto dos semanas- para que el líder socialista pudiese acudir a hacerse la foto a Ferrol y escenificar su apuesta por aumentar el gasto militar.

Sánchez, en materia de defensa, ha experimentado en años la metamorfosis más completa: de considerar que «sobra el Ministerio de Defensa» a acudir a actos de la industria militar a los que nunca antes había acudido un presidente español.

El acto de corte de chapa se ha celebrado este mediodía en las instalaciones de Navantia en Ferrol. Un hito que en un primer momento ya estaba previsto para el año 2016, pero que ha ido posponiéndose hasta ahora. Los planes del Gobierno reservaban a la ministra de Defensa, Margarita Robles, el papel de representante del Ejecutivo en esta ceremonia. Fuentes de la industria aseguran a OKDIARIO que «lo habitual es que sea el ministro, como mucho, o un secretario de Estado, quien acuda a este tipo de actos».  Robles había acudido a todas las reuniones claves del proyecto hasta ahora.

Retrasos por Moncloa

La primera fecha acordada entre Defensa y los astilleros fue la del pasado 23 de marzo. Se fijó el pasado mes de febrero. Todo estaba listo para esa presentación en sociedad de la futura fragata cuando, a finales de febrero, Rusia dio orden a sus tropas de invadir Ucrania. La agenda de Sánchez cambió de forma radical y el Ejecutivo anunció un cambio de marcha en materia de inversión en defensa. El 11 de marzo, el líder socialista anunció que duplicaría su presupuesto militar para acomodarse a ese 2% del PIB que reclama la OTAN desde años a Sánchez, que mantiene a España a la cola de la inversión en la Alianza.

Una de las consecuencias de ese giro político de Sánchez, que incluso le enfrentó a su socio de Gobierno -Podemos-, fue que Moncloa decidió que sería el líder socialista quien presidiera en Ferrol ese acto de corte de chapa. Una oportunidad para escenificar, con un contrato de inversión de 4.300 millones de euros sobre la mesa, su renovado ímpetu otanista.

Sin embargo, los planes de Moncloa se truncaron. Marruecos filtró la carta enviada por Sánchez a Rabat en la que reconocía el plan de Mohamed VI para el Sáhara Occidental como la solución más apropiada para el conflicto. Un giro histórico en política internacional, modificando la postura que España mantuvo durante 47 años. El volantazo obligó a Sánchez a visitar de urgencia a Ceuta y Melilla, a las que Rabat no mencionaba en su comunicado. El viaje se produjo el día 23 de marzo, el mismo día en que estaba previsto el acto en Ferrol, y obligó a anular a última hora el corte de chapa que tanto Navantia como la Armada Española llevaban años aguardando. Se propuso sin fecha alternativa, a  la espera de que Moncloa la encajase en la agenda de Sánchez.

Finalmente, el acto ha tenido lugar este miércoles, con la presencia de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta segunda y titular de Empleo, Yolanda Díaz. Faltó Robles, que esta tarde se reúne con portavoces de grupos políticos para explicarles el material militar que va a enviar España a Ucrania.

La cita en Ferrol, además, tiene un fuerte componente político, ya que el proyecto de las F-110 supone un fuerte espaldarazo al empleo y a la economía de una comarca de la que procede su gran rival político a nivel nacional: el nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Un buque de guerra histórico

Las futuras fragatas F-110 se convertirán, una vez entren en servicio, en los buques tecnológicamente más avanzados de toda la historia de la Armada española. La primera unidad se espera para 2026 y la quinta y última en 2032.

El diseño de esta nueva fragata incorporará notables avances a nivel tecnológico, como el nuevo mástil integrado configurado con diferentes soluciones de sensores y antenas, la incorporación de un espacio multi-misión que amplía las capacidades del buque en todos los segmentos de defensa y una nueva planta propulsora híbrida más eficiente y silenciosa dotando al buque de gran versatilidad.  Además, integrará a bordo vehículos no tripulados y tendrá capacidad para la instalación futura de armas de energía dirigida.

Las fragatas estarán equipadas con un sistema de combate español, SCOMBA, desarrollado por Navantia. Este sistema actúa como el cerebro del buque e integra todos los sensores y armas de la fragata, como los sensores de superficie, EW e IFF suministrados por Indra, el radar Banda S y el lanzador vertical de Lockheed Martin, los misiles AAW – SM-2 de Raytheon, los sistemas de guerra antisubmarina y sonares de SAES y los sistemas de navegación y de comunicaciones de Navantia Sistemas.

Las F-110 llevarán el nombre de ilustres marinos españoles, denominándose Bonifaz (F-111), Roger de Lauria (F-112), Menéndez de Avilés (F-113), Luis de Córdova (F-114) y Barceló (F-115).