25 aniversario

Sánchez evita romper con Bildu en el homenaje a Miguel Ángel Blanco y defiende una «memoria colectiva»

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Segundo Sanz

El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, ha evitado este domingo romper con sus socios de Bildu, herederos de la banda terrorista ETA, en el homenaje a Miguel Ángel Blanco, como le había pedido su hermana Marimar, la oposición y asociaciones de víctimas. Lejos de ello, incluso ha defendido promover una «memoria colectiva» que también incluya, por tanto, el relato de los proetarras. Un blanqueamiento de los asesinos en toda regla que el Ejecutivo socialcomunista ya prepara con su nueva ley de ‘Memoria Democrática’, pactada precisamente con Bildu.

La propia Marimar Blanco, que le ha precedido en la palabra, le había instado en la víspera a que «sea valiente y rompa con Bildu» delante del rey Felipe VI. «De poco valen las palabras en días señalados si al día siguiente continuamos negociando con quienes se niegan a condenar su asesinato. De poco vale asistir a homenajes si no los aprovechamos para romper definitivamente con quienes aplaudieron el asesinato de mi hermano», recalcó Marimar.

Sin embargo, este domingo el presidente del Gobierno ha hecho caso omiso a tal petición de la hermana de Miguel Ángel Blanco y diputada del PP en la Asamblea de Madrid y ha apelado a construir una «memoria colectiva» a partir de los valores democráticos de las víctimas.

El jefe del Ejecutivo, en presencia del rey Felipe VI, que ha presidido el homenaje en el pabellón Miguel Ángel Blanco de Ermua (Vizcaya), ha señalado que los estudiantes de secundaria y bachillerato de toda España recibirán el «testimonio directo» de víctimas del terrorismo, una iniciativa que ya se ha realizado en el País Vasco. Justamente, este proyecto ya ha sido objeto de polémica en esta comunidad por el trato dispensado a los verdugos, ya que no sólo se escucha el relato de las víctimas, sino también el de quienes callaron entonces ante esta barbarie o fueron cómplices.

Además, el jefe del Gobierno ha manifestado que la paz ha costado «mucho dolor» y ha expresado su deseo de que ese «dolor se transforme definitivamente en una conciencia colectiva indestructible que proteja siempre de la violencia».

«Todos, si echamos la vista atrás, recordamos dónde estábamos el 13 de julio de 1997 cuando llegó la peor de las noticias», ha afirmado también Sánchez, quien ha aludido además al espíritu de Ermua. Entonces, ha dicho, nació «un frente común espontáneo contra la violencia, la injusticia y la barbarie», el de una ciudadanía, «la ciudadanía vasca y española, que cansada de sentir miedo y más unida que nunca se enfrentó al terrorismo».

Tomás y Valiente

«Con las manos blancas llenas de paz, utilizando el mismo gesto que habían utilizado miles de estudiantes un año antes en la Universidad autónoma de Madrid, tras el asesinato de Francisco Tomás y Valiente», ha agregado. Según ha recordado, millones de personas «abrieron esas manos blancas» en manifestaciones «masivas» en el País Vasco y el resto de España.

«Nunca más tendríamos miedo y nunca más nos quedaríamos en silencio por culpa de aquellos que recurrieron a la violencia contra todo el que pensara diferente», ha añadido Sánchez con hipocresía, pues ahora, 25 años después, pacta precisamente con quienes se pusieron del lado de aquella violencia, como el líder bildutarra, Arnaldo Otegi. Sánchez no ha citado a sus socios de Bildu en ningún momento de su discurso, a diferencia de Marimar Blanco que sí lo hizo previamente.

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