El ministro Castells, catedrático de la UOC, permite a su universidad contratar profesores precarios

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El ministro de Universidades, Manuel Castells. (Foto. Moncloa)
Carlos Cuesta

El ministro Manuel Castells ha hecho un regalo de Navidad a su universidad, la Universidad Abierta de Cataluña (UOC por sus siglas en catalán). El Congreso de los Diputados ha aprobado una enmienda del PDeCAT que modifica la Disposición adicional vigésimo novena de la Ley 6/2001 de Universidades. Lo ha hecho gracias al PSOE y al influjo del propio Castells, catedrático de la UOC. Y la reforma permite que su universidad pueda competir con el resto de centros presenciales con una ventaja, la de poder contratar profesores precarios. Todo un ahorro de costes.

La reforma afecta a todas las universidades no presenciales. Y a todas ellas les beneficiará frente a las universidades clásicas y presenciales -las no virtuales-. Pero una universidad en especial celebrará el hecho de poder contratar profesores con menor coste: la que despidió con alegría a su catedrático cuando fue designado ministro. Y es que la reforma ayuda a la UOC, la Universidad Abierta de Cataluña, donde tiene plaza de catedrático de Sociología el ministro Castells.

El sindicato CSIF ha alertado de este hecho. El sindicato señala que la modificación “va claramente dirigida a beneficiar y mantener la viabilidad de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) -en cuyo IN3 Internet Interdisciplinary Institute colaboró el propio Castells, que simultaneó su puesto de profesor en la University of Southern California con el de catedrático de la UOC- y en la que trabajan más de 5.000 profesores e investigadores, la mayoría en una situación jurídica y laboral precaria e inestable”.

Desde CSIF señalan que “por un lado, la nueva redacción habla de que las universidades no presenciales podrán disponer de profesorado colaborador para funciones de apoyo docente y actividades de orientación, a tiempo parcial, y con la obligación de mantener su dedicación profesional principal ajena a la universidad”. Pero, además, “la enmienda permitirá la contratación laboral de profesores asociados en las universidades no presenciales “promovidas o participadas por el sector público”. Justo el caso de la UOC.

“Desde CSIF recordamos que, hasta ahora, sólo las universidades públicas pueden contratar profesores asociados y que las universidades privadas debían atenerse a las restantes modalidades de contratación previstas en el Estatuto de los Trabajadores”, apunta el sindicato.

Por otro lado, el artículo 72.3 de la Ley Orgánica de Universidades establece que “el profesorado de las universidades privadas y de los centros privados de enseñanza universitaria adscritos a universidades, no podrá ser funcionario de un cuerpo docente universitario en situación de activo y destino en una universidad pública. La misma limitación se aplicará al personal docente e investigador a tiempo completo». Hasta ahora, y a través de una disposición adicional introducida en la LOMLOU de 2007, los profesores de universidades públicas sólo podían realizar funciones de tutoría en universidades no presenciales en la forma que estableciera un reglamento que ni los gobiernos del PP ni los del PSOE han llegado nunca a materializar.

CSIF aclara que “de este modo, mientras que en las universidades públicas existe un porcentaje legal mínimo (51%) de profesorado ordinario acreditado por ANECA, las universidades privadas deben acreditar que un 50% de su profesorado está en posesión del título de Doctor y de éstos al menos el 60% debe haber obtenido la evaluación positiva de ANECA o de la Agencia de calidad de su Comunidad Autónoma. Sin embargo, al hacerse este cómputo sobre los equivalentes a tiempo completo, cabe preguntarse cuál es el número real de profesores o investigadores acreditados que desarrollan tareas docentes y de investigación con dedicación exclusiva en las universidades privadas. Y cuantos profesores asociados de las universidades públicas, condenados por la crisis económica y la tasa de reposición a concatenar contratos precarios a tiempo parcial, aportan mediante su colaboración el porcentaje de Doctores acreditados que necesitan las privadas, tanto para ejercer tareas docentes, como para constituir y acreditar sus grupos de investigación”.

De este modo, desde el sindicato consideran que “la enmienda permitirá que también en las universidades no presenciales, en especial en la UOC, proliferen las figuras (profesores asociados y profesorado colaborador a tiempo parcial) más precarias e inestables de todo el profesorado universitario, como ha venido sucediendo en los últimos años en Cataluña, donde este año se han convocado plazas de profesor titular de universidad por primera vez en más de 10 años. Y eso que Castells anuncia de forma reiterada su intención de acabar con la enorme precariedad existente en las universidades españolas”. Para CSIF, “en este tema la UOC juega a dos barajas: quiere que se le trate como a una universidad, pero parasita a las universidades -sobre todo a las públicas- porque su estructura como fundación se lo permite”.

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