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Marlaska acerca a tres nuevos etarras elevando el número a la veintena en menos de un año

Instituciones Penitenciarias ha acercado al preso de ETA Iñaki Beaumont Etxebarria, que intentó asesinar al ex edil de UPN Miguel Ángel Ruiz Langarica, de la cárcel de Albolote, en Granada, a la de Soria. Además, han trasladado de centro penitenciario de Almería al de Mansilla (León) al exedil de EH Jesús Guinea, y de la prisión de Daroca a Zuera, en Zaragoza, a Jon López, ambos condenados por actos de 'kale borroka', según ha informado Etxerat, Asociación de familiares de presos de ETA.

El preso de Pamplona Iñaki Beaumont Etxebarria fue detenido en noviembre del año 2000 con lo que quedó desarticulado parcialmente un comando de ‘legales’. Además de intentar asesinar al ex concejal de UPN Miguel Ángel Ruiz Langarica, tenía otros seis objetivos inmediatos contra los que atentar. La nueva política de acercamiento de presos relacionados con la banda terrorista ETA no ha sido aceptada por las asociaciones de víctimas del terrorismo como la AVT o Covite.

Este comando de ‘legales’, formado al menos por Iñaki Beaumont y Jorge Olaiz Etxebarri, había viajado antes a Francia para entrevistarse con el dirigente de ETA Javier García Gaztelu, ‘Txapote’, quien le había dado instrucciones sobre objetivos.

Beaumont, en su declaración en dependencias policiales, reconoció que había hecho varios viajes al sur de Francia y que había recopilado información de distintos concejales de UPN del Ayuntamiento de Pamplona. Éste había sido detenido en otras ocasiones por altercados de violencia callejera con agentes de Policía.

Jon López Gómez

Por su parte, el preso Jon López Gómez, natural de Basauri (Bizkaia), fue detenido en 2004 por la Policía belga cuando circulaba, junto a otro miembro de ETA, en un coche robado cerca de la frontera de ese país con Francia.

López Gómez, condenado por actividades de terrorismo callejero, huyó en el año 2000, después de haber sido detenido por la Ertzaintza y haber sido condenado por la Audiencia Nacional a 17 años de cárcel por quemar un autobús en 1996. La Policía autonómica vasca detuvo a López ese mismo año, acusado de participar en ese ataque, en el que resultó herido leve el conductor del vehículo, que se vio obligado a escapar por una ventanilla con las ropas en llamas.

López permaneció algo más de un año en prisión junto a otros cinco sospechosos. El 7 de junio de 2000, la Audiencia Nacional le condenó a una pena de 17 años, al considerar que «reivindicar el acercamiento de los presos» con métodos violentos es un delito de terrorismo. Tanto él como los otros cinco condenados huyeron tras conocer la sentencia.

Josu Guinea

Por su parte, el Tribunal Supremo en octubre de 2010 confirmó la condena al exconcejal de EH Josu Ginea Sagasti, de Larrabetzu (Bizkaia), a 12 años de cárcel que le fue impuesta en 2000 por quemar un cajero automático en su localidad natal, contra el que lanzó un artefacto incendiario. La sentencia afirmó que realizó el ataque al servicio de ETA.

El ex edil fue pillado ‘in fraganti’ tras lanzar el artefacto, y en el domicilio de Guinea se encontraron documentos que ensalzan la actividad criminal de ETA.

La sentencia señaló que el ataque a la sucursal bancaria se realizó en el transcurso de las fiestas populares «para provocar una mayor consternación social», y que esta circunstancia es propia «de la estrategia de los grupos que complementan, en su finalidad de subvertir el orden público y constitucional, la actuación de los propios terroristas».

Los hechos consistieron en el incendio y la rotura del escaparate de un establecimiento bancario en plenas fiestas de la localidad, cuando se encontraba abundante público en las inmediaciones, «provocando un tumulto en el que el propio recurrente fue rodeado y desencapuchado, llegando a amenazar a sus captores con hacer uso de otro artefacto incendiario».

El ataque fue realizado a las dos de la madrugada del 15 de agosto de 1997, durante las fiestas patronales de Larrabetzu, cuando un cliente del entonces BBV se encontraba dentro de un cajero intentando sacar dinero.

Cinco individuos encapuchados le obligaron a salir del cajero, fracturaron las lunas del escaparate del banco con unas piedras y prendieron fuego al cajero con un artefacto incendiario, provocando daños que superaron los 3.000 euros. Un grupo de transeúntes que estaba disfrutando de las fiestas locales consiguió rodear a uno de los encapuchados y este individuo les amenazó con arrojarles un artefacto incendiario que llevaba en la mano para huir.

Fue perseguido por uno de los vecinos, que le dio alcance y le quitó la capucha. En ese momento fue identificado por varias personas como Jesús Guinea Sagasti, uno de los concejales de EH de la localidad.