El Gobierno ya ha tenido dos reuniones secretas con Marruecos para regalarle el espacio aéreo del Sáhara
Pedro Sánchez avanza para satisfacer otro de los deseos de Mohamed VI, como le prometió en abril de 2022
Pedro Sánchez avanza para satisfacer otro de los deseos de Mohamed VI, la gestión del espacio aéreo sobre el Sáhara Occidental. El asunto, que arriesga de nuevo las relaciones diplomáticas con Argelia, se negocia ya con discreción entre representantes del Gobierno español y de Marruecos, según la documentación a la que ha tenido acceso OKDIARIO.
Las negociaciones se desarrollan por parte del Grupo de Trabajo entre Marruecos y España, constituido al efecto, y que ha establecido una Comisión Técnica para abordar los detalles relativos a la cooperación técnica y de seguridad en la gestión de los espacios aéreos y que hasta el momento ha mantenido dos reuniones, según ha podido saber este periódico de fuentes del Ministerio de Exteriores.
En marzo del año pasado, el Gobierno ya avanzó estas negociaciones, aunque de manera escueta. En una respuesta en el Congreso de los Diputados, en marzo, reconoció que «las conversaciones con Marruecos en este ámbito» se habían «iniciado». Añadía el Ejecutivo que dichas conversaciones se circunscribían «a la gestión de los espacios aéreos y la coordinación entre ambas partes en aras de conseguir mayor seguridad en las conexiones y cooperación técnica».
Cesión a Marruecos
La gestión del espacio aéreo figura en el artículo 7 de la declaración conjunta hispano-marroquí, firmada por ambos gobiernos en abril de 2022 en el marco de la visita de Pedro Sánchez a Mohamed VI para «abrir una nueva etapa» en las relaciones entre ambos países. El encuentro se produjo en plena polémica por el giro del Gobierno español en la posición sobre el Sáhara Occidental de las últimas cuatro décadas, avalando la propuesta de Marruecos como la vía «más seria, realista y creíble» para «la resolución de este diferendo» y cediendo así Sánchez a las pretensiones marroquíes sobre este territorio.
En el punto séptimo de dicha declaración figura expresamente el compromiso de que «se iniciarán conversaciones sobre la gestión de los espacios aéreos».
Esa negociación avanza ahora y es una de las cuestiones pendientes que Marruecos reclama al Gobierno de Sánchez. Con ello, Marruecos pretende que España deje de ser quien gestiona el espacio aéreo sobre el Sáhara, algo que a día de hoy se hace desde Canarias.
Desde hace décadas, España, en tanto que ejerce el Protectorado sobre el territorio, gestiona esa franja con sus propios controladores aéreos, según lo estipula la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), la agencia de la ONU encargada de esas cuestiones. La gestión corre a cargo de Enaire, empresa pública adscrita al Ministerio de Transportes. En la práctica, y pese a lo comprometido por Sánchez, España no es propietaria de este espacio; por tanto, no tendría capacidad para decidir sobre su gestión.
Hacerse con el control de ese espacio cumpliría con una de las grandes reivindicaciones del régimen marroquí. Como informó este periódico, no se trata de un asunto menor, pues el antiguo Sáhara español es parte de una ruta recurrente para las aerolíneas que cubren trayectos entre Europa y Sudamérica, con un ingente volumen anual de vuelos.
Relaciones con Marruecos
Con esa cesión, Sánchez persevera en su camino para lograr la complicidad de Mohamed VI. Esta semana, el presidente socialista viajó a Marruecos para entrevistarse con el monarca, después del plantón que éste le dio hace un año. Esta vez sí, Sánchez fue recibido por el rey marroquí, con el que mantuvo una reunión de unos 40 minutos para simbolizar que sus relaciones están «en su mejor momento», según Moncloa.
No obstante, el Gobierno español no pudo confirmar la reunión con Mohamed VI hasta prácticamente su aterrizaje en Rabat. Y tampoco arrancó de éste compromisos concretos sobre uno de los asuntos centrales en esas relaciones, como son las aduanas de Ceuta y Melilla. «Espero que pronto haya avances significativos», se limitó a decir Sánchez a los medios. El viaje tuvo lugar apenas unos días después del asesinato de dos agentes de la Guardia Civil en Barbate, al ser embestidos por una narcolancha. Un asunto que ha dejado al descubierto la falta de recursos contra el narcotráfico y en el que se ha apuntado al interés de Marruecos en el tráfico de hachís.
Tampoco hubo acuerdo sobre la ubicación de la final del Mundial de Fútbol de 2030, que organizarán conjuntamente España, Marruecos y Portugal, siendo aún una incógnita dónde se celebrará. Tanto nuestro país como el reino alauí tienen interés en acoger el partido más importante del evento insignia de la FIFA.
Para complacer a Marruecos, Sánchez sí reafirmó la posición española sobre el Sáhara que, afirmó, está «claramente fijada» con el volantazo que el Ejecutivo dio hace dos años.
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