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El Ejército sospecha que Trump ‘expulsará’ de la OTAN a quienes menos gastan y España está a la cola

Temen que EEUU rechace cumplir con la defensa mutua en aquellos países señalados por "morosos"

El Gobierno de Pedro Sánchez se enfrenta a una situación insólita: la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos este lunes amenaza con cambiar radicalmente las reglas en la OTAN. Especialmente para aquellos países que no cumplen con sus compromisos de gasto militar. España está actualmente a la cola de gasto, y son patentes los nervios entre el generalato del Estado Mayor de la Defensa ante lo que puede ocurrir en el futuro con la Alianza: entre ellos se ha instalado la sospecha de que la nueva administración Trump apostará directamente por no defender a los «morosos», como ya se refirió a España en su anterior legislatura. Una «expulsión» de facto de la OTAN. De momento, a Sánchez ya le han dejado fuera de reuniones clave de la Alianza.

La OTAN está a punto de cambiar para siempre. En eso hay absoluta coincidencia entre el alto mando militar español. OKDIARIO ha podido recopilar el parecer de varios integrantes del generalato sobre las consecuencias para España de la llegada de Trump de nuevo a la Casa Blanca, y todos coinciden en que vienen «tiempos muy difíciles».

Que España no ha cumplido su compromiso de gasto es una realidad incontestable. En 2014, el Gobierno de Mariano Rajoy se comprometió en la cumbre de Gales a alcanzar el 2% del PIB destinado a inversión militar. El pasado 31 de diciembre finalizaba ese plazo y España, con un 1,29% del PIB, se situaba a la cola. Superada incluso por Luxemburgo, un país que ni siquiera tiene fuerzas armadas propiamente dichas. El Gobierno de Sánchez, que lleva ya casi 7 años en el poder, cogió a España con un 0,93% del gasto y en penúltima posición, y lo deja último con un exiguo 0,4% de aumento.

Esos son los datos que llevan a los altos mandos consultados por OKDIARIO a concluir que la respuesta de la Alianza Atlántica no será un mero rapapolvo, como hasta hora, sino ejemplarizante. En el Estado Mayor se asume que la propuesta de Estados Unidos será demoledora: una expulsión de facto de la OTAN.

Sin paraguas OTAN

El Tratado de la Alianza Atlántica contempla la salida voluntaria de la OTAN de un país, regulado en su artículo 13, pero no una expulsión. Sin embargo, explica un alto mando de la Armada española que «se puede dar la situación de que en caso de que España necesitase ayuda de los aliados tras un ataque armado, y que se activase el artículo 5 -cláusula de defensa mutua-, Estados Unidos u otros países no acudiesen en su ayuda». Algo similar ya le ocurrió a Turquía en 2020, que reclamó asistencia de la OTAN al considerar que había sido atacada por parte de Siria, pero no hubo respuesta por parte de la Alianza.

Otras de las fuentes consultadas ven esta como una «posibilidad real» que pueden poner Trump y otros países sobre la mesa. Y eso, consideran, podría entenderse como una expulsión: España seguiría formando parte de la OTAN, cumpliendo compromisos en sus misiones, pero llegado el caso extremo de requerir asistencia por el ataque de un tercer país a su territorio no tendría la defensa de toda la OTAN.

Cabe recordar en este punto que Ceuta y Melilla, dos de los enclaves más problemáticos para la seguridad nacional, no están de forma explícita protegidas bajo el paraguas de la OTAN. Sánchez lo intentó en 2022, en la cumbre de Madrid, pero fracasó.

Pedro Sánchez durante una visita a las tropas españolas de la OTAN en Letonia.

La situación coge tintes más dramáticos si se tiene en cuenta que Trump llega con una nueva promesa bajo el brazo: imponer un 5% del PIB en gasto militar a la Alianza. Países como Polonia ya han dado su apoyo a este plan. En el cuartel general de la OTAN se manejan otras cifras más alcanzables, pero que rondan el 3%. Es decir, triplicar en tiempo récord un gasto que no consiguió elevar en una década más allá de 0,4 puntos.

A este respecto, uno de los generales consultados lo explica con meridiana claridad: «Somos el peor de la clase y no somos capaces ni de llegar al cinco. Pero es que viene un nuevo profesor y dice que por debajo de 8 no aprueba nadie».

Respuesta de Sánchez: un pulso

El Gobierno de Sánchez ya ha asumido que vienen curvas muy peligrosas con la OTAN. Ya pintaba mal el asunto cuando Mark Rutte alcanzó la secretaría General de la Alianza, uno de los hombres que más presionó a España para elevar su gasto cuando era primer ministro de Países Bajos. La sintonía con Sánchez es nula, tal y como reconocen fuentes de Moncloa.

Sin embargo, la respuesta de Sánchez ha sido situarse a la defensiva ante la ola que se acerca. «El mundo tiene prioridades más urgentes que atender y en ningún manual está escrito que la paz y la seguridad se conquisten reforzando arsenales», señaló el presidente la semana pasada cuando le preguntaron por el gasto militar insuficiente según el estándar de la OTAN.

Para reforzar su posición de que «la seguridad va mucho más allá que el gasto en Defensa», Sánchez señaló que España está comprometida con «la seguridad climática y las acciones para combatir sus efectos», haciendo relación a la DANA de Valencia. «Eso es lo que demanda la sociedad española», reiteró.

Según Sánchez, España «invierte casi diez veces más que la media aliada en las operaciones de paz». Un argumento que la OTAN ya invalidó hace años.