España

Carmona pide que se asuman responsabilidades tras el batacazo del PSOE en Galicia y País Vasco

«Cuando llega el momento de la responsabilidad, se asume con honor y con generosidad. Y la asunción de esa responsabilidad es un homenaje a nuestro pasado, a nuestro presente y a nuestro futuro», comienza su escrito el socialista Antonio Miguel Carmona. El ex portavoz en el Ayuntamiento de Madrid no pide de manera explícita la cabeza de su secretario general, Pedro Sánchez, sino para aquellos que «no han sabido colocar al PSOE a la altura de nuestra historia», sigue el escrito.

«La responsabilidad de aquellos que, a pesar de su buena voluntad, no han sabido gestionar el presente y no han logrado colocar al PSOE a la altura de nuestra historia y de nuestro pasado. Y la responsabilidad nuestra, que no debe ser otra que la voluntad expresa de evitar cualquier pereza y dar un paso adelante», escribe el concejal socialista.

«Un paso que merece ser dado con el fin de reconstruir una organización centenaria cuyos mejores días están por llegar. Y en ese trabajo de reconstrucción debemos estar unidos, los que están y los que van a estar, integrar a todos, coser las heridas y soñar con construir una nueva frontera para nuestro partido», escribe Carmona en una semana cargada de tensión para Sánchez.

«No me conformo tras obtener los peores resultados de la historia en Galicia y en Euskadi. No me conformo con ser el partido que mas escaños pierde. No me conformo con no liderar siquiera la izquierda.
Quien no sabe asumir la responsabilidad en el presente, no merece ser protagonista del futuro. Y la verdadera responsabilidad no es sólo la de aquellos que deben dar y tienen que dar un paso atrás, sino, sobre todo, la de aquellos todos que tenemos el deber de dar un paso adelante», termina el socialista.

La sexta derrota consecutiva de Sánchez

Los resultados obtenidos esta noche tanto en Galicia como en el País Vasco dejan poco margen a Sánchez de cara a mantener su liderazgo al frente del PSOE. El mal resultado ha supuesto la sexta derrota consecutiva de los socialistas en las urnas desde que Pedro Sánchez asumió la Secretaría General del PSOE en julio de 2014.

En los algo más de dos años que Sánchez lleva al frente del partido, ha vivido siete procesos electorales, en los que el PSOE solo ganó en uno, en los comicios celebrados en Andalucía en marzo de 2015 con Susana Díaz de candidata. Desde entonces y con la consolidación de Podemos y Ciudadanos, los socialistas han ido encadenando derrotas en las urnas, una racha que se ha prolongado este domingo en Galicia y en el País Vasco.

En mayo del pasado año tuvieron lugar las elecciones municipales y autonómicas, en las que el PSOE cosechó su peor resultado en el ámbito local en toda la democracia, si bien en el plano regional, gracias a los pactos, los socialistas se hicieron con la presidencia en siete territorios. La siguiente cita fue las catalanas de septiembre de 2015, en las que el PSC logró sus peores cifras desde 1980 en unos comicios autonómicos, si bien mantuvo el tercer puesto con cuatro escaños menos que en 2012.

Sánchez afrontó el 20 de diciembre y el 26 de junio las elecciones generales como cabeza de cartel y en ambas citas, los socialistas vieron empeorar su rendimiento, al obtener la cifra más baja de diputados en toda la democracia, con 90 y 85, respectivamente. El secretario general obtuvo 5,2 millones de votos en los comicios de junio, casi la mitad de que los cosechó José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 y un millón y medio menos que en 2011 con Alfredo Pérez Rubalcaba.

En el caso de Galicia y País Vasco, se ha prolongado la tendencia negativa después de que Sánchez se haya volcado en ambos territorios durante la campaña. El resultado más flojo del PSdeG en unas gallegas fue en 1997, cuando en coalición con Esquerda Unida logró 15 escaños y por primera vez los socialistas fueron la tercera fuerza más votada, tras el PP y el BNG. En el País Vasco, el suelo estaba en nueve escaños, conseguidos en 1980, muy lejos de los 19 que cosechó en 1986, cuando fue la primera fuerza en número de parlamentarios por delante del PNV.