Gobierno Pedro Sánchez

Los barones del PSOE piden a Sánchez que no tolere más salidas de tono a Iglesias

Preocupa cada vez más la actitud del vicepresidente ante unos meses donde España deberá generar más confianza que nunca ante Bruselas

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso.
Joan Guirado

La luna de miel entre el PSOE y Podemos tras alcanzar la gloria en enero, tras la investidura de Pedro Sánchez, se está empezando a convertir en un vuelo con muchas turbulencias. Algunos barones y altos cargos socialistas exigen al presidente del Gobierno que no tolere ninguna otra salida de tono del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias , porque su actitud «está desgastando mucho» al Gobierno del líder socialista.

En el cuartel general del PSOE, en Ferraz 70, cada vez son más las voces que ponen en cuestión la idoneidad de ese acuerdo. Son principalmente algunos de los barones, como el aragonés Javier Lambán o el manchego Emiliano García Page, los que avisan de las consecuencias electorales que puede tener el pacto de coalición si Pedro Sánchez no impone su ascendencia sobre el líder de Podemos.

La preocupación que existe en el Partido Socialista, y que cada vez crece más, es que los miembros del Gobierno que forman parte de Podemos «se hayan olvidado ya del papel institucional que juegan». Tras tres meses con una actitud acorde al cargo que ostentan, apuntan altos cargos del partido de Sánchez, «parece que han vuelto a recuperar el espíritu del 15M».

Los dirigentes del PSOE consultados por este periódico centran las críticas en sus socios principalmente en las figuras de Pablo Iglesias e Irene Montero. Ambos, con un perfil más político, son los que llevan la voz cantante de la formación morada y los que «parece que no han asumido su nuevo rol».

El miedo a esa vuelta a la radicalización de los principales ministros de Podemos no es algo que solo irrite a barones y altos cargos socialistas. También hay miedo en Moncloa. Y mucho. En el equipo de Sánchez, cuya relación con el de Iglesias es constante, preocupa que las declaraciones del vicepresidente segundo acaben de dinamitar los pocos puentes existentes con la oposición y, sobretodo, la confianza de Europa y los mercados en el Ejecutivo.

Esta última cuestión, la de la seguridad que se transmita a las instituciones europeas, es crucial en la recuperación de la crisis social y económica de la pandemia. De momento Bruselas no exige a España ni ajustes ni recortes, pero todo puede cambiar. Cualquier declaración fuera de lugar, con eso, «puede ser letal», sostienen fuentes socialistas. En este sentido defienden que «hay que dar más pábulo a Nadia Calviño que a Pablo Iglesias».

Cataluña y economía

Las salidas de tono del vicepresidente segundo que más preocupan a los dirigentes del PSOE tienen que ver con sus declaraciones sobre la cárcel de los golpistas, la restitución de Carles Puigdemont y su obsesión por tomar decisiones económicas, como la derogación íntegra de la reforma laboral, que nadie recomienda.

En Ferraz tampoco gustó el tenso rifirrafe que provocó el número tres del Gobierno con el portavoz parlamentario de VOX, Iván Espinosa de los Monteros, en la comisión de reconstrucción del Congreso. Lamentan que las formas «no son propias de un vicepresidente».

En el Partido Socialista también les inquieta «la inexperiencia o incapacidad» de algunos de los ministros socialistas, como la de Igualdad, a su vez pareja de Iglesias. Opinan que errores como el de admitir antes de una entrevista que la baja participación se debía al temor por el coronavirus «es de novata» y advierten que «el activismo tan marcado de los morados puede poner en muchos aprietos a Sánchez y el PSOE».

Algunos de estos barones consideran que «hay cosas que no son admisibles» y recomiendan al secretario general de su partido «no forzar el mantenimiento de la coalición». Creen que «la salida de Podemos garantizaría una mayor tranquilidad» y apuntan a la geometría variable «para llegar a acuerdos con otros partidos de Estado».

Sánchez mantiene la coalición

Mientras en su partido cada vez son más los que exigen a Sánchez un mayor marcaje del líder de Podemos como miembro del Ejecutivo, incluso algunos llegan a proponer ya la necesidad de «no forzar demasiado» la retención de los ministros morados en el Gabinete, el presidente mantiene su apuesta por la coalición socialcomunista.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias almuerzan cada jueves en el Palacio de La Moncloa para intentar zanjar los problemas que vayan surgiendo a lo largo de la semana. En el último de estos encuentros el presidente le recriminó a Iglesias su actitud tras haber pedido horas antes la libertad de los Jordis golpistas, defender la negociación con Carles Puigdemont o acusar a VOX de querer perpetrar un golpe de estado.

Además de esas comidas los jueves, los dos dirigentes, se reúnen cada lunes junto a sus equipos en los maitines. Esos encuentros, en los que toman parte también los portavoces parlamentarios y miembros de ambos gabinetes, persiguen unificar posturas -sobretodo en el Congreso- para no evidenciar las diferencias que existen entre ambos socios.

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