“Se va a cagar, le voy a meter una inspección que va a tener que nacer siete veces para pagar la multa”

El estanquero extremeño Juan Francisco Vera ha denunciado ante la comandancia de la Guardia Civil de Badajoz que varios agentes de la Benemérita, que integran la patrulla fiscal, han iniciado una “persecución” contra su persona “con el fin de perjudicar sus intereses”. Los agentes denunciados han levantado actas de inspección por el cual le reclaman una suma cercana a los 200.000 euros, una multa que le obligaría a cerrar su establecimiento.

Según el documento que ha presentado el estanquero ante el responsable de la comandancia, José Antonio Huertado, esta “persecución” se produce “como consecuencia de una reunión voluntaria” que mantuvo Juan Francisco Vera con la patrulla fiscal, a la que pertenecen los citados agentes que abrieron el acta inspectora.

Un estanquero de Badajoz denuncia la persecución de agentes de la Guardia Civil de la patrulla fiscal encargada de inspeccionar a los establecimientos que venden tabaco

El conflicto se produce por una máquina expendedora situada en un bar, que estaba desconectada de la red eléctrica y apagada desde dentro. Según indica la persona que estaba a cargo del local, el agente le pidió el permiso de venta y la llave de la máquina a lo que contestó que no tenía el permiso porque la máquina no estaba aún operativa. Los agentes procedieron a precintar la máquina y levantaron acta de inspección.

La amenaza de los agentes

El acta de manifestaciones notarial que acompaña a la denuncia revela que los agentes no creyeron la versión de la persona que regentaba el bar y que fueron en busca del dueño de la máquina, Juan Francisco Vera, le localizaron y “discutieron con el, añadiéndole uno de los agentes: se va a cagar, le voy a meter una inspección en el estanco que va a tener que nacer siete veces para poder pagar la multa”.

Según el estanquero afectado, esta actuación de la patrulla fiscal es la última consecuencia de una ofensiva lanzada contra su persona por los citados agentes, a los que acusa de “confeccionar las actas de inspección con la intención de perjudicarle”.

Por todo ello, solicita a la comandancia de Badajoz que “analice los hechos presentados, realice las averiguaciones oportunas y resuelva lo necesario y ante quien proceda para anular la sanción que pesa sobre su expendeduría de tabaco”, que es la número 17 de Badajoz.

La voracidad fiscal genera multas desproporcionadas

Estos hechos se producen en un momento en que los estanqueros están sufriendo la voracidad fiscal del Comisionado del Mercado del Tabaco (CMT), dependiente del Ministerio de Hacienda, con un elevado componente recaudatorio.

Tal como ha avanzado Okdiario, el organismo encargado de controlar el monopolio estatal está utilizando la normativa para imponer sanciones desproporcionadas que, en algunos casos, afectan a la viabilidad de las familias que viven de los estancos.

La ley permite a este organismo, por ejemplo, imponer una sanción mínima de 12.000 euros por regalar un mechero a un cliente que compra un cartón de tabaco. Las multas son siempre confirmadas por la vía administrativa, dejando tan sólo la posibilidad de ser recurridas por vía judicial.

El comisionado tiene tres fuentes de ingresos: el canon concesional, la tasa por prestación de servicios y las multas por infracciones. Las cuentas relativas al pasado ejercicio revelan unos ingresos de 29,7 millones de euros. El organismo tiene una plantilla de 56 personas y unos gastos en salarios de 2,08 millones, lo que supone un sueldo medio superior a los 37.000 euros por persona.

Con esta escasa plantilla no se pueden realizar muchas inspecciones y, por ello, la CMT forma a guardias civiles para que hagan ellos la labor de vigilancia. Los agentes de la Benemérita van a los estancos para comprobar las posibles infracciones y también acuden a los bares y restaurantes que tienen máquinas expendedoras. Las actas que levantan sirven a la CMT para imponer las sanciones.