Iglesias tutela el paquete de medidas sobre Agricultura que lanzará el Gobierno para calmar al campo
El Gobierno se ha visto afectado, de repente, por una crisis en el campo que no tenía prevista en su agenda política. Los agricultores están paralizando carreteras y municipios, después de iniciar una oleada de protestas que no parará hasta que haya un compromiso del Ejecutivo con el sector primario.
Y ante este escenario, Pablo Iglesias, el vicepresidente del Gobierno, ha tomado la batuta de este problema a pesar de que el Ministerio de Agricultura no depende de él, ya que Luis Planas es parte del equipo socialista, y no comunista del Ejecutivo, aunque las líneas entre ambas facciones en ocasiones están cada vez más desdibujadas. Las fuentes coinciden: «Está fortaleciendo sus áreas». «Quiere fortalecer las áreas que dependen de él», insisten.
Sin embargo, Pablo Iglesias se reunió la semana pasada con los sindicatos de los trabajadores del campo, dando plantón a los empresarios, y este martes con los agricultores, que han pedido cambios legislativos para paliar asuntos como el impacto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en el sector. Iglesias, que es consciente de que su formación sufre serio peligro si su sector sale a la calle, no dudó en animar a los manifestantes a «apretar» porque «tienen razón». No ha tenido en cuenta de que lo que está pidiendo es más presión para su propio Ejecutivo y, por supuesto, a su presidente, Pedro Sánchez.
Iglesias trasladó en su reunión a las principales organizaciones agrarias como COAG o UPA que «hablaría con el ministro de Inclusión y Seguridad Social de bonificaciones» para atajar el impacto de las reuniones del Consejo de Ministros. Es decir, que se pondrá sobre la mesa que haya una rebaja de facto en las cotizaciones que pagan los empresarios por los empleados.
Otro de los asuntos, que no vendió a los empresarios pero sí a los sindicatos, fue una rebaja de las peonadas para poder cobrar el antiguo PER. Iglesias midió muy bien el lenguaje en las dos reuniones. Si en la primera habló más claramente de ampliar estas subvenciones que perciben los jornaleros del campo andaluz y extremeño desde hace años, en la segunda sólo habló de «reorganizar los subsidios».
Otras de las medidas que contempla el vicepresidente Iglesias es una mesa de «prevención de riesgos laborales»; aplicar «bonificaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) cuando se conviertan los contratos fijos discontinuos a fijos, y una modificación a la hora de notificar las jornadas, con el objetivo de que haya más flexibilidad.
El intento de Iglesias de tener calmado el campo se observa en que pidió disculpas a los empresarios por la cancelación de una reunión la semana pasada, en la que prefirió reunirse en exclusiva con las centrales sindicales. De hecho, los representantes de las organizaciones empresariales que iban a asistir a la reunión ya se habían trasladado desde Andalucía y Extremadura a Madrid la noche anterior, lo que provocó un gran enfado a nivel interno en las patronales por el desplante.
La evidencia de que Iglesias está tutelando esta crisis del campo es que está participando en reuniones de áreas que, inicialmente, no estaban entre sus competencias pactadas en el acuerdo de Gobierno. Además, vigila de cerca a otros ministros del Gobierno. Sorprendió a los agricultores, por ejemplo, que el vicepresidente estuviera al tanto de los problemas que están surgiendo en el «etiquetado de los productos». Iglesias, bajo su propia iniciativa, pidió a los agricultores que abordaran con el ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre este tema.
Por ejemplo, recientemente hay abierta una pugna en el seno de los vinos Valdepeñas que avanzó OKDIARIO, tras la denuncia de que algunas empresas están vendiendo vino como «reserva» y «gran reserva» cuando en realidad es «vino tinto» normal, sin haber estado tiempo en las barricas tal como obliga la Denominación de Origen. Iglesias parecía al tanto de este asunto y de otros similares. En Andalucía también se está investigando sobre este tema el etiquetado de productos marroquíes para venderlos como almerienses, algo que Garzón tendrá que mirar de cerca bajo la tutela de Iglesias.
El vicepresidente de Podemos, Pablo Iglesias, se comprometió ante los agricultores a mediar con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en esta crisis. Las fuentes consultadas del sector reconocen que, si finalmente consigue que se calmen las aguas, Iglesias se anotará el primer tanto en la batalla interna por ganar peso específico en la gestión política del país.
No hay que olvidar que en la primera reunión con los sindicatos agrarios no había ni un representante del Ministerio de Agricultura, y en la segunda sí estaba el secretario general de Agricultura, Fernando Miranda, pero no el ministro Luis Planas, que tiene experiencia en este ámbito ya que fue consejero de la Junta de Andalucía con Manuel Chaves, que fue condenado a 9 años de inhabilitación especial para empleo o cargo público por el delito de prevaricación en noviembre de 2019 por el caso ERE.
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