Economía
Alemania

El sustituto de Merkel para liderar Europa

Acaban de celebrarse elecciones anticipadas en Alemania, con un 83% de participación que es la cifra más elevada desde los años 90, tras un atípico y sorprendente adelanto electoral que ha representado una clara derrota política de los partidos que componían la coalición convocante y que avanza un nuevo inquietante ciclo político en lo que se considera como un punto de inflexión dado que el centro de gravedad político que había permanecido estable desde 1945 se ha desplazado a la derecha.

La realidad es que Alemania encaraba su tercer año de recesión con una profunda crisis existencial y económica a fuego lento, dentro de un marco geopolítico adverso ante el claro desafío que supone el cambio del papel del eterno aliado americano desde el fin de la segunda guerra mundial.

Las tropas de los EEUU de la mano del presidente Trump no van a seguir garantizando la seguridad de los alemanes que confiaban que la externalización de la defensa más rentable de la historia se mantuviese por tiempo indefinido. Ya lo adelantó Vance en numerosas intervenciones hablando de que ese déficit en los gastos de defensa era uno de los pilares del estado de bienestar que tanto diferencia a los europeos de los estadounidenses y tanta envidia produce en la maltrecha clase media americana golpeada por la elevación de los precios de lo cotidiano.

A esta crisis hay que sumar el deseo de su principal comprador a dejar de ser su principal cliente ilimitado, China ya no quiere seguir comprando tanto a la industria alemana como lo ha hecho en la década pasada. Y, en tercer lugar, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha elevado el precio de la energía que estaba ligada a la especial relación política y económica entre Alemania y la Federación Rusa

Tres crisis que han posibilitado la elección mayoritaria del pragmático Merz que encabezara una nueva GroKo o Grosse Koalition estable de amplio consenso y cuyo principal compromiso es reformular el modelo de crecimiento de la locomotora de Europa volviendo a los mandos de la construcción europea en un mundo más complejo.

Casado con una jueza, el exjuez, abogado y jurista Friedrich Merz es nacido en la Alemania occidental en 1955, hijo de un juez afiliado a la CDU. Es un pragmático y convencido europeísta y defensor de los objetivos climáticos europeos dado que inició precisamente su carrera política en el Parlamento Europeo en 1989. Antes de ser candidato a Canciller, era diputado del Bundestag desde 2021 y según su entorno más cercano posee una gran visión e iniciativa política

Desde el desencuentro con Merkel en el año 2009 y hasta la vuelta a la vida pública en 2018, Merz trabajó como abogado de su bufete asesorando a varias pymes incluida una empresa papelera familiar y al fondo Black Rock lo que le acredita con una gran experiencia financiera. 

Merz ejercerá con orgullo, sin dudarlo y desde el principio, un liderazgo mucho más pronunciado que el de sus dos antecesores, Merkel y Scholz. Podrá salvar Alemania pasando a la historia del continente como un protagonista clave del renacer de la competitividad de Europa, siempre comprometido con los lazos atlánticos como miembro del “Atlantic Bridge”. Merz habló en campaña de la necesidad de restaurar el orgullo nacional alemán.

Merz defiende un control más férreo de las fronteras, que fueron abiertas de par en par en 2015 por la crisis de Siria, acelerando retornos de los que delinquen y endureciendo las condiciones de asilo actuales en el marco del pacto migratorio europeo que entrará en vigor en 2026.

La avalancha de inmigrantes indocumentados ha hecho perder un millón de votos al CDU y ha hecho subir en votos al AfD en aquellas zonas donde menos inmigración hay, la antigua DDR.

El límite de acogida de refugiados que se pueden integrar cada año lo establece en 100.000 personas, dentro de lo conocido como «Leitkultur» o cultura dominante alemana que deben asimilar los extranjeros residentes en el país.

Según los analistas, los «ossies» del este nunca asumieron la culpa del horror nazi y hoy se encuentran frustrados, se siguen considerando ciudadanos de segunda pese al ingente esfuerzo hecho en la reunificación y el costoso impuesto de solidaridad del oeste. Se sienten afectados por una inseguridad basada en una oleada de ataques terroristas que han golpeado a la población.

Hay que señalar que, de acuerdo con los estudios post electorales, el candidato de la CDU ha sido capaz de recibir mas de dos millones de votos socialistas de votantes del peor resultado del SPD desde 1890, un millón de votos de los liberales del FDP que desaparece del parlamento por no llegar al 5% de los votos y cerca de medio millón de votos de los verdes que también han reducido su representación en favor de los comunistas de Die Linke.

El futuro canciller Merz, firme defensor del anticomunismo y autor del libro Atreverse a más capitalismo, ha sido respaldado por la mayoría de la industria alemana. Defiende el libre mercado, la bajada de impuestos a las empresas del 35% al 25% y a las clases medias.

Habla de reducir la burocracia al emprendimiento y las pymes, reduciendo el gasto público en 50.000 millones de euros, mejorar la pendiente digitalización del país, atrayendo inversiones y afrontando la reconversión industrial basada en una autonomía energética mediante plantas de gas y analizando el uso de pequeños reactores nucleares.

También cuestiona la prohibición de los motores de combustión para 2035, un «talón de Aquiles» de la hasta ahora rentable industria alemana del automóvil. Una economía que depende además del automóvil, de la siderurgia, la máquina herramienta y de la industria química y farmacéutica. 

Ha manifestado en campaña la posibilidad de realizar recortes drásticos de la seguridad social, krankenversicherung y Bürgergeld, hoy en 100.000 millones de euros de balance negativo de su presupuesto. Merz propone cancelar los pagos a 1,7 millones de personas que podrían trabajar y no lo hacen. 

Finalmente es favorable al desarrollo de una mayor autonomía estratégica europea frente a los EEUU, así como de un Plan de rearme que se ha cifrado en 200.000 millones de euros adicionales desarrollando para ello una industria de la defensa europea que sea autónoma de los EEUU pero eso si manteniendo unas buenas relaciones con ellos. Merz será también un aliado fiable para otro país europeo que se toma la defensa en serio como lo es el Reino Unido.

Merz acaba de realizar unas clarividentes declaraciones sobre la escalada deliberada de la encerrona planificada que supone el enfrentamiento público de Zelensky y Trump en la oficina oval de Casa y que iba en la misma dirección de provocar anuncios de la Unión Europea en materia de defensa. 

Declaraciones similares a las realizadas por la delegación de los EEUU, encabezada por el vicepresidente Vance en la conferencia de seguridad de Múnich solo unos días antes. 

En este contexto las prudentes declaraciones de Merz hablan del deseo de mantener el vínculo transatlántico mirando hacia la importante presencia de las tropas de EEUU en las 38 bases militares que tiene desplegadas por Europa en Bélgica, España, Alemania, Hungría, Italia, Noruega, Portugal, Reino Unido y los Países Bajos.

En resumen, Alemania acaba de elegir a un buen candidato preparado para ser el Canciller de la Europa que renacerá tras la crisis actual, eso sí, condicionado a que tengamos tiempo a reaccionar.

Ultima opportunitas ad Europam ducendam

José Luis Moreno, economista, ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.