Champions: Real Madrid-Manchester City

Mbappé entierra a Guardiola

Un soberbio 'hat-trick' de Mbappé fue suficiente para dar al Real Madrid el pase a octavos de la Champions

El equipo de Ancelotti no necesitó ni acelerar para triturar al Manchester City de Guardiola que dio una lamentable imagen en el Bernabéu

Mbappé y un 'hat-trick' para la historia

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El Real Madrid ganó 3-1 al Manchester City con 'hat-trick' de Mbappé.

Mbappé certificó la defunción del Manchester City de Guardiola con un hat-trick que metió al Real Madrid en octavos de la Champions por la vía rápida. El equipo de Ancelotti no necesitó ni acelerar para triturar al equipo citizen que dio una imagen de equipo disuelto en el Bernabéu. Los blancos se las verán en octavos con el Atlético de Simeone… o con el Leverkusen de Xabi Alonso. El morbo está servido.

Ancelotti apostó por Asencio. Ya sea por el clamor de crítica y público, ya sea porque Carletto tiene los reflejos de un conductor jubilado y ha tardado en verlo, pero al final el entrenador del Real Madrid se ha convencido de que mejor canterano en mano que Tchouaméni volando por un puesto que no es el suyo. Ni le gusta ni conoce el oficio. Junto a Asencio volvía Rüdiger, un seguro de vida en estos partidos porque es una mezcla entre un Actimel y un portero de discoteca: refuerza tu defensa y acojona a partes iguales. Y eso Haaland, que venía de hacer doblete en el Etihad, lo ha vivido en sus carnes.

Repetía Fede Valverde en el lateral derecho porque es el mejor jugador de la plantilla en varios puestos. Y se mantenía también Ceballos en el medio para darle cierto toque al músculo de Tchouaméni, que recuperaba su puesto natural a costa de Camavinga, suplente de inicio como el viejo Modric y el joven Brahim. Ah, y estaban los cuatro jinetes del apocalipsis de arriba, claro: Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé.

En el Manchester City Guardiola salía como un divorciado en una discoteca: a por todas. Y con un sorpresón mayúsculo en el once: la ausencia de un Haaland algo tocado o quién sabe si hundido. En su lugar entraba el flamante fichaje Omar Marmoush, que llegaba al  Bernabéu con el aval de su hat-trick ante el Newcastle. Por detrás la triple amenaza en forma de mediapuntas: Savinho, Bernardo Silva y Foden. En el doble pivote, otra novedad: el español Nico González acompañaba al viejo Gündogan. Y atrás, en la zona más débil del City, estaban Khusanov y Gvardiol en los laterales con Rúben Días y Stones como centrales.

Nos dieron las nueve y un árbitro imparcial, el rumano Kovacs, dio comienzo al partido. Reventaba el Bernabéu con el bullicioso público de la Champions. Mandó el Manchester City de salida y replegó (mucho) el Real Madrid. Los de Ancelotti se posicionaban con un claro 4-4-2 con Bellingham y Rodrygo en los costados del mediocampo.

Mbappé pega primero

Dominaba el City, sí, pero el Real Madrid pegó primero. No estábamos ni en el minuto 4. Fue un maravilloso desplazamiento largo de Raúl Asencio que habría firmado el mismísimo Sergio Ramos. La pelota sobrevoló el techado Bernabéu, se la comió Rúben Días, le ganó la espalda Mbappé a él y al lentísimo Stones, vio mal colocado a Ederson, se la puso por encima y marcó el 1-0 para el delirio del Bernabéu.

Dos minutos después a Guardiola le dieron otro sopapo. Cayó lesionado Stones y tuvo que entrar en su lugar Aké, otro recién salido de lesión. El City trató de lamerse las heridas con la pelota pero en el Real Madrid apareció Vinicius para percutir en jugadas individuales. La tuvo Bellingham en el 14 al cabecear fuera un córner en corto.

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Mbappé celebra el 1-0 en el Real Madrid-Manchester City. (EFE)

Pegó un par de picotazos el Real Madrid en las botas de un Mbappé desatado y pleno de confianza. Sufría el Manchester City demasiado hundido en su área. Acumulaba córners el equipo de Ancelotti mientras que los de Guardiola no salían de su área. Resistieron los citizen esos minutos de zozobra pero el Madrid seguía más suelto que la goma de los gayumbos del Tito Berni. Llegaban el oleadas al área de Ederson y se relamía el Bernabéu.

Gündogan vio una merecida amarilla en el 27 por embestir a Rodrygo. El City estaba desbordado y Mbappé campaba a sus anchas entre los centrales del City. La tuvo en el 28 con una volea que despejó con apuros Ederson. En este panorama el segundo estaba al caer. Cayó en el 32 y fue en una jugada elaborada que arrancó en una soberbia salida de balón de Tchouaméni a Rodrygo. Entonces participaron los cuatro fantásticos: Rodrygo, Bellingham, Vinicius, otra vez Rodrygo… y Mbappé. Sentó en una baldosa a su par con un regate imponente y marcó el segundo como si tal cosa.

Mbappé pega segundo… y tercero

Disfrutaba el Bernabéu con el Real Madrid metiendo un pie ya en los octavos. El que metió la pata y no el pie fue Bellingham en el 38. El inglés intentó una ruleta en el centro del campo pero pisó a su amigo Foden y vio una amarilla que le dejaba fuera de la ida de los octavos. Se consumían los minutos camino del descanso sin que el Manchester City inquietara el área de Courtois. Y así fue hasta que Kovacs señaló el camino de los vestuarios al descanso.

Arrancó el segundo tiempo con una amarilla a un superadísimo Nico González. A placer jugaba el Real Madrid con los cuatro fantásticos en estado de gracia. Tuvo un par de opciones Rodrygo. La primera la echó arriba y la segunda la sacó Ederson como pudo. El pobre Gündogan, que juega con migas de pan en los bolsillos como un jubilado, no podía achicar agua en el centro del campo.

Levantó el pie el Real Madrid, que olía la goleada pero que prefería dosificar antes que hacer sangre. Se entiende. Fede Valverde, tocado, estaba completando otro partido memorable. Pero Mbappé no estaba dispuesto a perdonar, así que recibió un pase de Fede Valverde en el pico del área por la derecha, se la puso en la zurda y la colocó junto al palo más lejano a Ederson para lograr el 3-0 que abrochaba el pase del Madrid a octavos de final de la Champions a falta de media hora.

El Real Madrid decidió gustarse y convertir el partido en un rondo eterno. Vinicius desperdició dos ocasiones seguidas por chupón. El City en pleno había dimitido. Sólo las paradas heterodoxas de Ederson sostenían al equipo de Guardiola, absolutamente disuelto. En el 77 llegaron los cambios: Kovacic y McAteee por Gundogan y Foden. En el Real Madrid entraron Brahim y Camavinga por Ceballos y Mbappé. El Bernabéu se rindió tanto al utrerano como al francés. Igual que a Tchouaméni cuando Ancelotti le protegió al sacar a Modric para protegerle de la amarilla.

Hubo que esperar a los minutos de la prolongación para que el City lograra el gol del honor que sólo servía para maquillar el resultado. Lo logró Nico González al aprovechar el rechace de una falta cuando ya mucha gente se había ido del Bernabéu porque la eliminatoria estaba resuelta. El Real Madrid había hecho su trabajo con antelación y había logrado el pase a octavos de la Champions, y eso que los blancos perdonaron la vida de una goleada histórica tanto en la ida como en la vuelta al equipo de Guardiola que, más que tocado, sale hundido del Bernabéu.

 

 

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