El partido en Mánchester mostró un Real Madrid más comprometido que nunca esta temporada. Paradójicamente en un equipo que cuenta con Mbappé, Vinicius, Bellingham o Rodrygo y, al mismo tiempo, con enormes problemas defensivos, el mayor problema del partido ante el equipo de Pep Guardiola fue el desacierto anotador.
El Real Madrid tuvo la opción de sentenciar la eliminatoria con un acierto moderado y apenas pasó por problemas defensivos más allá de las jugadas de los goles. Fue un encuentro plácido que hace pensar que la vuelta será un trámite si se mantiene el nivel de compromiso defensivo mostrado por todos.
Ancelotti, que para mí está cometiendo bastantes errores esta temporada, acierta al apelar al esfuerzo colectivo y especialmente de sus atacantes. Por ahí puede pasar la temporada de un equipo con defectos estructurales y cualidades extraordinarias. A nadie se le pasa por alto que el nivel futbolístico del año pasado era superior, aunque la baja de Toni Kroos es posible de cubrir.
Es cierto que el esfuerzo debe orientarse en la dirección correcta. Correr por correr no suele servir para nada más que para perder frescura y acierto donde los astros del Madrid realmente marcan las diferencias. Y ahí Ancelotti sigue teniendo trabajo pendiente. Si realmente logra que el Madrid supla sus carencias individuales con una organización defensiva adecuada, nadie será más favorito que el Madrid en la disputa de los principales títulos.
Pese al mal momento del City, el partido en el Etihad supuso un gran chute de autoestima. El Madrid ha superado eliminatorias contra el City, pero nunca será había sentido tan superior. Probablemente, y siempre que pueda cerrar la clasificación en la vuelta, las eliminatorias de los siguientes años serán apasionantes, pero el Madrid las afrontará con una mayor confianza en su superioridad. Y cuando el Madrid se lo cree suele ser imparable.
