Xabi Alonso y la plantilla del Real Madrid celebran la actitud de Vinicius en el Coliseum y cómo supo leer y reaccionar a las provocaciones del Getafe. “Vini hizo lo que tenía que hacer”, dicen sus compañeros, encantados con cómo el brasileño supo que después de cada entrada, en lugar de encararse con el rival o la grada, lo que hay que hacer sólo es quedarse en el suelo.
El vestuario coincide en que el plan del Getafe era ir a por Vinicius desde que saltó al campo y que el jugador, advertido por el técnico y sus compañeros, no cayó en la trampa. Los futbolistas de Bordalás, empezando por Juan Iglesias, buscaron provocar al brasileño desde que saltó al césped del Coliseum en el minuto 55. La consigna era clara: frenarle como fuera e intentar sacarle del partido.
Sin embargo Vinicius no cayó en la trampa. Al contrario. El delantero del Real Madrid fue capaz de dar al Getafe de su propia medicina y a cada palabra respondió con un regate, a cada palabra con una nueva carrera. Gracias al la velocidad y a los regates del brasileño cayó primero la expulsión de Nyom, que no duró ni un minuto sobre el césped porque salió directamente a pegar a Vini, y después la de Sancris, que también atizó al brasileño en una acción ya en las postrimerías del partido.
Vinicius aprende la lección
«Por eso te odia todo el mundo. Aprende de tus compañeros». Las palabras de Juan Iglesias, captadas por las cámaras de Movistar en mitad del partido, son sólo la muestra de lo que tuvo que escuchar Vinicius por boca de los futbolistas del equipo de Bordalás, que batieron el récord de faltas en lo que va de Liga al cometer 27 infracciones contra el Real Madrid.
El propio Juan Iglesias, que buscó a Vini desde que saltó al césped, se permitió el lujo de dar lecciones de moralidad, respeto y comportamiento al término del partido en el Coliseum. «Sabemos que las cosas quedan en el campo» –dijo–, «pero hay cosas que no puedes permitir, como que te falten el respeto. En este caso lo ha hecho. Vinicius es un gran jugador, pero este tipo de cosas no le vienen bien, le debilitan. Ojalá en algún momento haga una autocrítica y empiece a respetar. Sobre todo pueda haber lances en el partido, pero no se puede pasar esa línea».
En Getafe vimos un Vinicius nuevo, más frío, más taimado, menos caliente a pesar de que le calentaron de lo lindo. No sólo no fue amonestado ni protestó ninguna de las faltas que le hicieron, sino que provocó la expulsión de Nyom, que comenzó a cambiar el partido, y la de Sancris, que también la tomó con el brasileño.
Los números dan fe del nacimiento de un nuevo Vinicius, que sólo ha sido amonestado en una ocasión en los 11 partidos oficiales que ha jugado el Real Madrid esta temporada entre la Liga y la Champions. Una amarilla por simular una falta, no por protestar, un comportamiento que se había convertido en rutinario las últimas temporadas para el 7 madridista.
El brasileño se ha ido olvidando de los árbitros y también de los rivales. Ahora sólo piensa en jugar. El resultado no puede ser mejor, ya ha provocado tres expulsiones en lo que va de Liga: las dos del Coliseum y la del último partido en el Bernabéu ante el Villarreal.