Empiezan a escasear los calificativos para referirse a Martin Odegaard, que va de exhibición en exhibición con la Real Sociedad. La última, este sábado en Anoeta ante el Eibar, un partido del que el noruego se hizo dueño desde el pitido inicial y al que terminó poniendo la guinda con un soberbio golazo en el tramo final.
No tiene techo Odegaard, que con ese tanto y la asistencia que le dio a Le Normand suma ya tres dianas y cuatro pases de gol este curso. El joven nórdico está disfrutando de lo lindo en San Sebastían, donde ha encontraro un equipo perfecto en el que seguir creciendo. La cesión por parte del Real Madrid no puede ser más fructífera hasta el momento, pues Odegaard es sin duda el jugador revelación del campeonato y uno de los mejores futbolistas de lo que llevamos de Liga.
Al margen de sus números, que son brillantes, lo que impacta de Odegaard es su crecimiento. El noruego está jugando con mucha libertad por dentro, escoltado por Mikel Merino y Zubeldia, y por sus botas pasa todo el fútbol de una destacada Real Sociedad. Este sábado, más allá de su espectacular golazo y esa asistencia anteriormente mencionada, Odegaard regaló varios goles más a sus compañeros, que no estuvieron acertados en algunas definiciones. Además, cada vez se siente más importante y tiene más confianza, siendo el canalizador de juego de la Real de Alguacil.
A sus 20 años, ya se puede decir que es una realidad más allá de una promesa. El Real Madrid le echó el ojo cuando era un crío por unas condiciones de las que ahora presume en Primera División y ante rivales de un gran nivel competitivo. Odegaard ya está aquí y ha llegado para quedarse, algo que celebran en Concha Espina. Tiene un año más de cesión firmado con la Real, pero los blancos a su vez se guardaron una opción para recuperarlo. En cualquier caso, lo más importante es que el futbolista siga creciendo y dejando boquiabierto a todo el que lo ve sobre el césped.