Luka Modric se prepara para su último baile. El croata afronta la que será, salvo sorpresa, la temporada que terminará con su adiós de la élite. Cuando el curso que comenzará a partir de septiembre ponga punto final, el Balón de Oro de 2018, el director de orquesta del Real Madrid en las cuatro Champions y el hombre que llevó a su país a la final de un Mundial cambiará de vida tras una carrera llena de éxitos que le ha encumbrado a ser uno de los mejores jugadores de la historia en su puesto.
Con un año de contrato por delante, la idea de Modric es cumplir esta temporada en el Real Madrid y luego ya se verá. Una vez finalice el curso con el club todas las partes se sentarán y harán balance para decidir si se amplía un año más o con 35 años decide dar un paso al lado y vivir nuevas aventuras de una menor exigencia. Estas podrían llegar de Estados Unidos o China, pero lo que está claro es que le alejarán de la élite más absoluta.
Modric afronta los próximos meses en el Real Madrid con la tranquilidad que le aporta saber que desde 2012, cuando aterrizó en el Santiago Bernabéu, ha escrito con letras de oro su nombre en la historia del club de las 13 Copas de Europa. Clave en la conquista de las últimas cuatro Champions y un generador de fútbol que encontró en Kroos a su compañero ideal. De hecho, por el club hay quien asegura que si no se hubiese lesionado en 2015 se estaría hablando de cinco de cinco, aunque posiblemente la historia prefieran no tocarla.
Luka ha jugado 40 partidos esta temporada, pero comenzó en el banquillo citas claves como los dos Clásicos, el duelo ante el PSG en el Bernabéu o el derbi del Metropolitano. No obstante, hasta el momento y viendo como terminó el curso tras el parón provocado por la pandemia del coronavirus, su papel está lejos de ser residual, aunque la lógica dice que poco a poco su papel debería ir cambiando. Más si cabe con la llegada de Odegaard, su sucesor.
El plan que tiene Zidane en la cabeza con Modric para la próxima temporada es protegerle y guardarle para partidos claves, donde su calidad y su experiencia suman. Por otro lado, el croata tendrá la oportunidad de ceder el testigo a Odegaard y Martin podrá aprender de un auténtico referente. Su peso tanto en el vestuario como dentro del campo permitirán al noruego fijarse en un jugador que se puede convertir en su ‘hermano mayor’.
Superar a Srna y la Eurocopa
Con Croacia también se prepara para su último baile, aunque con dos objetivos claros. El primero, superar a Srna como jugador con más internacionalidades con el combinado balcánico. El que fuera jugador del Shakhtar Donetsk ha vestido en 132 ocasiones la elástica de su país. Modric, hasta el momento, suma 127 participaciones. Por lo tanto, necesita cinco partidos para igualarle y seis para superarle. Los dos primeros los jugará ante Portugal y Francia en septiembre, para los que ya ha sido convocado. En octubre, si todo va bien, disputará tres encuentros con su país frente a Suiza, Suecia y, otra vez, el combinado galo. Si participa en todos ya le habría dado caza, aunque no sería hasta noviembre contra Suecia cuando se convertiría en el futbolista croata que más veces ha jugado para su país.
Una vez haya conseguido este reto, llegará el segundo, con el que, a priori, podrá punto final a su aventura con Croacia. Esta cita no es otra que la Eurocopa que se celebrará en verano de 2021 y donde la subcampeona del mundo quiere volver a firmar un gran papel.
