Francia ha finalizado la fase de grupos en segunda posición, algo que no ocurría en un gran torneo desde la Eurocopa de 2012, y todo el país busca posibles explicaciones para el frustrante juego que han exhibido los de Deschamps en los tres encuentros que han jugado por ahora. Uno de ellos puede ser la baja forma física que ha mostrado Griezmann, el hombre que maneja el fútbol de la selección gala y otro, sin duda, la lesión que sufrió Mbappé en la primera jornada que le impidió acabar el encuentro ante Austria, disputar ni un solo minuto frente a Países Bajos y rendir al máximo nivel ante Polonia.
Deschamps trató de explicar ante los medios de comunicación tras el empate ante los polacos cómo fueron las sensaciones de Kylian al tener que saltar al campo con la máscara que le protege la fractura en el tabique nasal. «Pensé que estaba bastante bien de pie, pero con su máscara necesita acostumbrarse. Cuando suda, le arden los ojos y necesita secarse los ojos, pero siempre tiene muchas ganas de jugar y el juego le hará bien», explicó el seleccionador francés.
Lewandowski ya había avisado que el uso de la máscara puede «ralentizar a un jugador», algo que confirmó el técnico galo al finalizar el partido. Precisamente el delantero polaco, autor del tanto del empate, involuntariamente golpeó en el rostro a Mbappé durante un lance del juego, lo que provocó mucho dolor al futbolista de Bondy a juzgar por sus gestos posteriores.
Mbappé no fue suficiente
En cuanto al resultado del encuentro que envió directamente a Francia a la segunda posición, Deschamps restó importancia al hecho de no conseguir la primera plaza del grupo. «No estoy decepcionado, sinceramente, en absoluto. Hicimos lo que teníamos que hacer, creamos muchas oportunidades y lideramos el partido. Lo intentamos hasta el final. Estamos donde queremos estar. Estábamos en un grupo muy difícil: Austria perdió contra nosotros y ganó contra Holanda», justificó el seleccionador francés.
Además, se mostró consciente del problema que han exhibido de cara a gol en esta primera fase, algo que les ha condenado a un cruce en octavos de final, algo más complicado de lo que esperado. «Merecemos ser segundos, es una competición nueva en octavos de final. Obviamente es algo que tenemos que mejorar, marcar más goles. Pero, para ser honesto, me habría preocupado más si tuviéramos menos posibilidades de marcar», explicó Deschamps.
A pesar de que el seleccionador galo buscó más dinamita en la delantera con la participación de Barcola en detrimento de Griezmann, la titularidad de Mbappé a pesar de no estar al 100% y la continuidad y el desborde de Dembelé, Francia volvió a mostrar dificultades a la hora de marcar. En los tres partidos de la primera fase solo ha conseguido anotar dos tantos, frente a Austria fue en propia puerta y ante Polonia de penalti. Un balance muy pobre para un equipo con tanto potencial y talento en la parte delantera con jugadores de primer nivel mundial en todas las posiciones de ataque.