El Real Madrid se reencontró con la victoria en la Liga Endesa. El conjunto blanco, después de volver a perder en Euroliga ante el Olimpia Milano, sumó un nuevo triunfo en la competición doméstica, el quinto del curso en el campeonato. Los madridistas se llevaron el triunfo ante el Gran Canaria por 83-77, en un partido que estuvo abierto hasta el final y en el que estuvieron cerca de volver a desaprovechar su renta en el último cuarto.
Los de Chus Mateo volvían a la Liga después de no encontrarse en competición continental, donde suman tres derrotas seguidas y tienen un balance negativo que les lleva a estar fuera de los puestos de play-in. En el Wizink Center recibían a un Granca que presentaba el mismo balance de 4-2, por lo que apuntaba a duelo más que igualado y sufrido, como acabó siendo.
Fue decisiva la actuación de Facu Campazzo, que cuajó un sobresaliente último cuarto para evitar la debacle y retener la victoria en la capital. El argentino metió 14 puntos en el último cuarto, para sumar un total de 20 en el encuentro, rozando el doble-doble con nueve asistencias, logrando una valoración de 33.
Los blancos necesitaban una victoria para evitar agrandar la crisis en la que andan inmersos en este inicio de curso, que les ha llevado a hundirse en la clasificación de la Euroliga, donde están fuera de los puestos de postemporada. Sin embargo, en Liga sí que funcionan, aunque ya han cedido dos derrotas.
El equipo asomó algo tímido, como si ese último golpe o el cansancio acumulado le hubiera dejado secuelas. Al igual que en el caso del rival, solo intentó un triple en los tres primeros minutos y medio, de Campazzo y al límite del cierre de una posesión. Y en el intercambio de canastas de dos salió perjudicado, superado además claramente en el rebote, lo que obligó a intentar recomponer las cosas con un tiempo muerto al que se fue siete abajo.
El parón vino bien, pues permitió al anfitrión acercarse a dos puntos gracias a las primeras internadas con acierto de Campazzo y a la postre marcharse en ventaja al final del acto de salida al ponerse por delante por primera vez desde el 2-0 gracias a un triple abierto del croata Mario Hezonja, cerrando el parcial en 17-16.
Sorteado el primer problema, el Real Madrid comenzó a sentirse más cómodo a lomos de su rotación. La irrupción de Ibaka y de Deck, junto a la aportación de Abalde, fueron desgastando al Gran Canaria en el camino hacia el descanso, al que se llegó con el plantel de casa en mejor situación ganando de tres, 39-36.
La vuelta a la acción trajo consigo uno de los tramos más espectaculares del partido; cuatro minutos y medio en los que el público solo disfrutó de canastas de tres puntos, dos de los de casa y tres de los foráneos. Tras ello hubo un breve receso y más de lo mismo, otros dos aciertos lejanos consecutivos de Rathan-Mayes y Hezonja que pusieron al equipo madridista seis arriba. Jovan Klajic, cómo no de nuevo con otro triple, cortó las alas madridistas para dibujar un duelo que seguía abierto a la media hora.
Campazzo lidera al Real Madrid
Más lo estuvo tras el arranque del cuarto decisivo, cuando un parcial de 0-7 para el Gran Canaria volvió a ponerles por delante después de mucho tiempo. Fue un regusto dulce pero efervescente por culpa de cinco puntos consecutivos de la conexión albiceleste Campazzo-Deck.
Siguió percutiendo el Facu, quien metió otro triple más para aumentar el castigo. Y de nuevo respondió el contrario, con dos ataques de cinco puntos certificados con un tiro lejano de Thomasson y dos libres de Albicy. Una guerra de fuego cruzado cuya tercera y cuarta batalla siguieron arrojando un saldo nulo, al anularse un parcial de 7-2 con otro de 2-7.
En ese momento le tocó mover ficha al Real Madrid, que dobló su ventaja de dos puntos al no fallar Campazzo los tiros libres. Le tocaba al rival jugársela con un triple que intentó Brussino sin éxito, poniendo el broche Abalde desde la línea de personal y devolviendo la sonrisa a un Real Madrid que en casa sigue sin perdonar.