En el Día de Reyes, el mayor regalo en el Wizink Center lo repartieron los blancos. El Real Madrid se repuso de sus dos últimas derrotas con una exhibición monumental para desarmar a Maccabi Tel Aviv, que llegaba a la capital española con ganas de ahondar en la herida y acabó llevándose un severo correctivo (98-65) por parte de un equipo que sublimó el baloncesto en un día de fiesta, con el rebote y el triple como grandes exponentes de un partido redondo.
Lo del Madrid estuvo al nivel de cualquier victoria que se pueda destacar en lo que llevamos de temporada en la Euroliga. Intensos en defensa, con un Tavares monumental con 5 tapones y todo el equipo cerrando el rebote, fue en el ataque, con el triple como arma de destrucción masiva, el que verdaderamente hizo disfrutar a la parroquia blanca. Ahí destacó Petr Cornelie, el 2’11 firmado para hacer olvidar a Thompkins, pero también un Yabusele que va a más y Dzanan Musa, espectáculo asegurado dentro de la eficacia que se le presupone a una estrella de la competición.
En Maccabi, Lorenzo Brown llegaba como candidato a MVP y lo único positivo que se llevó fue la ovación del Palacio debido a su aportación con España en el Eurobasket. A partir de ahí, una de las peores actuaciones del base en la temporada, reflejo de la perdición a la que se vio abocado Maccabi durante 40 minutos de pesadilla vividos por los israelíes, obra de la sobresaliente labor del Real Madrid.
Un primer parcial de 22-7 cerró el primer cuarto y dejó claro que el partido sólo iba a tener un dominador. Con Abalde haciendo de todo no se notaron las ausencias de Deck y Hezonja, mientras Yabusele se soltaba y el Chacho, desde el banquillo, hacía disfrutar como sólo él sabe, pero no ha podido prácticamente hacer durante la temporada debido a la falta de minutos por parte de Chus Mateo. Noche de ensueño también para el técnico, que pudo rotar y a su vez, demostrar que el equipo está preparado para todo, algo que había quedado en duda tras las citas ante Baskonia y Barcelona.
El segundo cuarto tranquilizó algo las cosas debido a la relajación madridista, que aflojó la máquina cuando se había puesto en máximas de un partido que podía haberse marchado sentenciado a vestuarios. No lo hizo en primera instancia, aunque sí preparado para que un nuevo arreón en el tercer cuarto cerrara cualquier atisbo de pelea por el triunfo. Para entonces, Cornelie ya había demostrado su puntería, subiendo junto con Musa una nómina de triples anotados que se quedaría a uno del récord histórico de la competición.
El Madrid, al quinteto de líderes
Poco que resolver en el último cuarto, más de exhibición que otra cosa, antes de que, previo maquillaje de Maccabi, el Madrid cerrara una victoria con bajas importantes que le vuelve a aupar a lo más alto de la tabla en Euroliga y, lo que es mucho más importante, devuelve la máxima confianza en un grupo que pese a sus altibajos, está preparado para luchar de tú a tú con todos y cada uno de los grandes equipos del continente, e incluso, si sucede como hoy, arrasarlos en un buen día.