El Real Madrid sumó una nueva victoria en Liga Endesa, la décima en su cuenta particular. El conjunto blanco no dio opción a Coosur Real Betis, al que se impuso por un claro marcador de 71-48 con la defensa como máximo exponente y Poirier, Tavares y Yabusele destacados en la faceta taponadora, reboteadora y machacadora, mostrándose como tres de los interiores más dominantes de la competición y un tridente absolutamente dominante para luchar por todo.
El encuentro no daba pie a la tregua para el Madrid después de una semana agitada ajetreada –y triunfal– con doble compromiso europeo ante Asvel y Estrella Roja. Conquistadas las dos victorias esperadas en Euroliga, el Betis llegaba al Palacio de los Deportes como potencial guinda para la maratón madridista y se marchó como podía esperarse, arrasado por un equipo completísimo y que tiene en sus interiores a su arma de destrucción masiva.
Lo sucedido en el primer cuarto puede servir como resumen del partido, y es que el Betis, entre sus propios fallos y la intensidad abrumadora del Real Madrid, se quedó con sólo seis puntos en el casillero, casi a medio punto por minuto, mientras los locales se marchaban con ventaja de doce con una actuación espléndida para comenzar, sobre todo en lo competitivo.
Puesto el pilar de la victoria, quedaba confirmarla con el resto de construcciones y pese a la reacción de los andaluces, con el explosivo Evans como indiscutible estilete –y máximo anotador del partido–, el descanso seguía trayendo ventaja madridista con los blancos, aparentemente, con el pie levantado del acelerador.
La presencia de Poirier, especialmente motivado, y sus posibilidades aéreas espolearon al Madrid en la segunda parte, abriendo mención a los nueve tapones con inmejorable reparto –tres cada uno para Vincent, Edy y Guerschon–, hasta abrir de nuevo la sangría dejando al Betis con porcentajes ínfimos y un resultado final en el que ni siquiera pudieron llegar a los 50 puntos.