Nueva derrota del Real Madrid. El conjunto madridista sigue inmerso en el bache que apunta ya a crisis preocupante de resultados y vuelve a perder. Un resultado tan inesperado como humillante, puesto que los madridistas han caído de 21 en casa del colista, el Zalgiris Kaunas lituano y han firmado su peor anotación en un partido de Euroliga (68-47). El equipo de Laso sigue hundiéndose y, tras la derrota en la Copa del Rey, no han sido capaces de reponerse en la máxima competición, donde tenían además la oportunidad de ponerse de nuevo líderes.
La suspensión del partido que enfrentaba al Barcelona con el Zenit, a consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, permitía a los blancos ponerse momentáneamente al frente de la máxima competición. Enfrente, un motivado Zalgiris, que contaba además con un pabellón volcado, pero que sólo había ganado cuatro partidos hasta la fecha en lo que va de temporada regular.
El partido estaba marcado por el conflicto armado que está sucediendo en Ucrania. Los hinchas del Zalgiris habían solicitado antes del partido al club que se negase a jugar en los próximos partidos ante los tres equipos rusos integrados en la competición europea –CSKA, Zenit y Unics Kazan– y la directiva a aceptado. Además, los aficionados han mostrado con pancartas y banderas su apoyo al pueblo ucraniano, creando un ambiente más que emotivo en el pabellón.
En lo que respecta al partido, los de Laso disputaban su primer encuentro después de perder la final de Copa. Los blancos dieron síntomas de mejora durante el torneo disputado la pasada semana en Granada, pero la remontada culé en la final devolvió las dudas a una plantilla que en Lituania ha tocado fondo. Indultaba el técnico madridista a Williams-Goss para el encuentro, pero de poco sirvió, puesto que acabó disputando 15 minutos y no logró sumar puntos.
Los madridistas empezaron mandando en el primer cuarto, pero pronto vieron como se veían superados por un Zagiris que, sin hacer un gran esfuerzo, se marchó de 10. Aquella situación provocó el enfado del entrenador del Real Madrid, que paró el partido para abroncar a los suyos. Pero de poco sirvió la charla. El conjunto blanco comenzó a recortar distancias, manteniéndose hasta el en un rango de cinco puntos hasta que, al borde del descanso, los de Kaunas pisaron el acelerador y se marcharon de 11.
Inoperantes en ataque y débiles en defensa, los madridistas se aferraron a la solución que tan bien les ha ido a lo largo de los últimos años, pero ni con esas. Desde el exterior, los blancos tampoco encontraban la forma para comenzar a sumar –encestaron un triple de 15 intentados– y, lo que es peor, a medida que pasaban los minutos, los que sí que avanzaban eran los lituanos.
Con una paupérrima anotación, los madridistas acabaron el partido firmando su peor anotación en su historia en Euroliga. El equipo dirigido por Laso no levanta cabeza y la situación empieza a ser preocupante, cayendo 68-47 ante el peor equipo de la competición.