Los blancos caen ante Efes (88-83) en un quinto partido de infarto

Un Madrid heroico cae de pie en Estambul

El Real Madrid se despidió con honores de la Euroliga después de caer en un espectacular quinto partido ante Anadolu Efes (88-83). Los blancos dieron la cara hasta el último minuto, literalmente, cuando un triplazo de Simon decantó la balanza del lado de uno de los grandes candidatos

Real Madrid Efes
Simon, con Llull y Tavares. (Getty)

Se acabó la Euroliga del Real Madrid, que se despide (88-83) con honores de campeón de una serie ante Anadolu Efes en la que estaba defenestrado, a punto de recibir una paliza de órdago, y acabó con opciones de meterse en la Final Four, literalmente, hasta el último minuto de la eliminatoria. Los blancos se van con la cabeza muy alta después de firmar su partido más completo en Estambul, en el que sólo la efectividad de Singleton y Micic y un triple inverosímil de Simon eclipsaron la gigante labor del equipo de Pablo Laso.

Con un equipo bajo mínimos y sin cuatro de sus cinco titularísimos, el Madrid peleó de nuevo como una unidad, dejando una actuación memorable pese a la derrota en el Sinan Erdem de Estambul. Thompkins y Tavares, medio cojos, se sumaron al grupo y lo hicieron con un papel destacado, para junto a los Garuba, Llull, Rudy o –esta vez sí– Laprovittola, provocar el máximo orgullo del madridismo antes de poner el lazo a su participación en la Euroliga.

El Real Madrid había encontrado diferentes héroes en las dos remontadas extraordinarias que le brindaron la posibilidad de jugar el partido por el todo en Estambul. Llull, Carroll, Garuba o incluso Rudy se traspasaron entre sus manos el protagonismo en esos últimos minutos mágicos, pero Laso necesitaría sucesores que esta vez lideraran desde el primer minuto en Estambul. Y lo iba a encontrar en uno de los elementos más talentosos, pero también más inesperados porque, básicamente, no le tocaba.

Alocen marca el ritmo

Defensor a ultranza de que la juventud no está rendida con la posibilidad de aportar en los mayores escenarios, Laso otorgó la mayor de las confianzas a Carlos Alocén (20 años) en el partido más importante del año. Y el maño, espoleado por una personalidad abrumadora, respondió hasta el punto de eclipsar a dos de los mejores jugadores de Europa. El joven base madridista se medía con Larkin y Micic y salía ganador de los duelos. Y así, sin un Madrid de demasiados alardes se mantenía con opciones intactas tras un primer cuarto del que Efes sólo podía sustraer el acierto de Singleton.

El Madrid se imponía por la mínima y quedaba mucho por remar. El tanteo dejó paso a un intercambio de golpes que dejó el partido con un cariz precioso para el espectador neutral, pero con la tensión a niveles máximos para los participantes. Lo que había en juego era ni más ni menos que un pasaje para la Final Four se iban a dejar nada en la recámara.

Así las cosas, el entrenador madridista juntaba a sus dos jugadores tocados, Tavares y Thompkins, que forzando pudieron dar a su equipo el punto necesario para mantenerse a flote. El de Cabo Verde fue el ancla en defensa y rebote necesario para que Efes no encontrara las vías deseadas a canasta, y Trey, con dos canastas de inflexión, dotaba de una ventaja al Madrid que iba a continuar con la llegada del descanso. Defensa, intensidad y anotación en los en los momentos clave. Inmejorable 36-41 al descanso.

La reanudación esperaba con sorpresas y las dos primeras fueron negativas no, lo siguiente. El jugador más en forma de Europa, Vasilije Micic, se ponía manos a la obra con una exhibición de fundamentos ofensivos que se solapó con la actuación arbitral, más que casera en estos minutos, que desquició al banquillo madridista. La diferencia subía de los diez puntos. Cuesta arriba pero ni mucho menos para descartar al Madrid, dadas las circunstancias.

El Madrid vuelve a remontar; Simon sentencia

El traje de superhéroe había sido sobreutilizado por los blancos, pero aún estaba guardado en el armario y dispuesto a aparecer en una última noche de fiesta. Lo vistieron Thompkins, que se sacó dos triples, medio cojo, para culminar una actuación de notable alto, Tavares y Garuba, con sus constantes rebotes ofensivos que activaron una y otra vez a los tiradores, y un Laprovittola sobrado de confianza al que no le importan las críticas y los fallos anteriores. Siempre tiene bemoles para un lanzamiento más, y el acierto le llegó con cuatro triples que colocaron al Madrid con opciones tangibles de Final Four.

Efes pagaba el miedo, pero Larkin, inédito hasta el momento, y Singleton, la estrella inesperada, compensaban la balanza para dejar uno de los mejores duelos del baloncesto europeo en los últimos tiempos. Con un minuto en el reloj, el ganador era desconocido y el marcador lucía empate a 80. Fue entonces cuando uno de los soldados de Ataman, Krunoslav Simon, apareció para, con un triple absolutamente brillante, a la par que inesperado, dar el golpe definitivo y dejar sin respuesta, esta vez sí, a un Madrid heroico que se marcha como un campeón de Estambul.

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