El secreto del mejor Canales
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Pocos futbolistas de la actual plantilla del Real Betis pueden presumir de contar con una Copa del Rey en su palmarés. Uno de los afortunados es Sergio Canales, quién conquistó este torneo en las filas del Real Madrid en la temporada 2010-11 cuando su etapa en la élite futbolística no había hecho nada más que comenzar.
Once años después de aquella final ante el Barcelona y, con tres roturas de ligamento cruzado (dos en su rodilla derecha y la última en la izquierda), el cántabro acude a la cita ante el Valencia en el estadio de La Cartuja en uno de sus mejores momentos a nivel físico y futbolístico. ¿Su secreto? El trabajo y la constancia.
A los exigentes entrenamientos que dirige el técnico verdiblanco, Manuel Pellegrini, Canales le suma desde hace más de seis años, trabajo físico diario bajo la supervisión del preparador y rehabilitador vasco, Sergio Sukunza. “La preparación física, la alimentación y el descanso son los tres pilares fundamentales que tiene que cuidar cualquier profesional”, apunta el centrocampista.
Sin saberlo, el camino de Canales y Sukunza empezó a unirse en diciembre de 2015. Un mal apoyo del cántabro en el Santiago Bernabéu cuando militaba en las filas de la Real Sociedad propició su tercera rotura de ligamento cruzado anterior. En esta ocasión la rodilla afectada fue la izquierda, pero las sensaciones y los fantasmas del pasado eran los mismos. Otra vez tocaba volver a empezar de nuevo y, lejos de bajar los brazos, el futbolista se aplicó en su recuperación.
Estabilidad
Ocho meses después de pasar por el quirófano, el futbolista ya entrenaba con el grupo, sin embargo, se sentía inseguro. Su mujer, que entrenaba en las instalaciones de Osasun Sport Clinic (San Sebastián), donde Sukunza es el director, fue quien le recomendó acudir. “Cuando fui allí por primera vez lo hice bastante fastidiado de la rodilla y con una situación un poco complicada”, apunta. Una situación que supo entender rápidamente el rehabilitador haciendo hincapié en algunos aspectos claves para fortalecer la zona. “En la evaluación inicial le detecté algunas cosas relacionadas con la movilidad del tobillo».
Todavía le faltaba un poco de extensión en la rodilla y eso es muy importante para generar menos compresión en la articulación. Poco a poco fue mejorando su sensación de estabilidad en la rodilla y esto le dio seguridad para mejorar su rendimiento y potencia”, indica el preparador.
Canales, que siempre se mostró animado durante toda la etapa de recuperación, se involucró al máximo en su recuperación. “Lo mejor que tenemos es que nos conocemos perfectamente y, solamente con un mensaje, ya sabe lo que necesito”, puntualiza. Una confianza que al principio empezó a plasmarse en sensaciones y, posteriormente, en resultados. “Al principio trabajamos sobre todo la rodilla y todo lo encaminado a protegerla. El glúteo, que nunca lo había trabajado ni lo había dado importancia, me ayudó a prevenir y a estar más fuerte”, añadió.
Un seguimiento diario que ha servido para mejorar el aspecto físico del verdiblanco. “Con el tiempo me di cuenta del cambio físico que obtuve y del rendimiento que conseguía durante los 90 minutos”, recalca. Las estadísticas no engañan y, en las cuatro temporadas que lleva Sergio Canales vistiendo la elástica verdiblanca, ha disputado una media de más de 39 partidos por año, teniendo en cuenta que todavía restan siete partidos para concluir la contienda. Una media de siete encuentros más que en su anterior etapa en la Real Sociedad en cinco años. Mejorando considerablemente el número de asistencias y casi triplicando el de goles pese a estar una temporada menos. Sus prestaciones en el Betis están fuera de ninguna duda. “Desconozco si estoy en mi mejor momento porque también ha habido otros muy buenos. Al final esto es una carrera de fondo y un aprendizaje. Posiblemente vengan mejores momentos que ahora”, recalcó.
Trabajo diario
Por las instalaciones de Sukunza también han pasado futbolistas como Fernando Llorente, Aritz Elustondo, Rulli, William José, Edu Expósito o De la Bella, así como actores y cantantes de la talla de Matt Damon, Chris Hemsworth, Elsa Pataky o Mikel Erentxun. El entrenador personal habla a diario con el 10 del Betis para incidir en su preparación. Desde que se marchó a Sevilla, le manda a todos los días un plan específico de trabajo, no solo para la rodilla sino también para el tema muscular porque “cuando hay lesiones como las que ha tenido se generan desequilibrios a nivel muscular y conviene tener bastante optimizada la musculatura”. Este trabajo complementario lo realiza el futbolista en el gimnasio supervisado por un readaptador del club. Además, periódicamente acude a Sevilla para evaluar su biomecánica y movilidad.
Preguntado sobre qué parte de responsabilidad tiene el preparador vasco en su gran momento de forma, Canales no titubea: “Obviamente es muy importante. Las lesiones sí que las he olvidado porque nunca juego con miedo. Se lo recomiendo a cualquier deportista. Sukunza es un trabajador que tiene una pasión increíble por lo que hace. Ha luchado muchísimo para llegar donde está y todo lo que le venga se lo merece”.
Unos piropos a los que responde el rehabilitador con más halagos: “Sergio tiene una capacidad de trabajo y sacrificio enorme. Es una gozada trabajar con él porque todo lo que se le manda, lo hace. Tiene unos valores de autosuperación enormes y estoy convencido de que una de las claves de su éxito es estar tan comprometido con el trabajo. Cuando juntas compromiso y consigues resultados, después viene la motivación, que es lo que te empuja a seguir”.
A la vanguardia
Sergio Sukunza es director de Osasun Sport Clinic, un centro de rehabilitación y entrenamiento multidisciplinar en San Sebastián especializado en columna, rodilla y todo tipo de lesiones deportivas que recupera al año alrededor de 300 pacientes con problemas de hernia discal. Lo que hace realmente diferente a Sukunza y a su equipo de profesionales es su apuesta por la neurociencia. “Estudiamos como el cerebro humano puede influir en el dolor. Si tienes una hernia discal, es normal que pases una fase de dolor agudo, pero eso va a durar unas semanas si haces bien las cosas. Es como una herida que te cicatriza y ya no te va a doler más porque tu sistema inmunológico también está actuando”, indica.
La clínica está a la vanguardia en técnicas punteras de rehabilitación que permiten mejorar la neuroplasticidad que es la capacidad del cerebro de generar nuevas conexiones neuronales. Esto permite al paciente salir del dolor. Gracias a herramientas como el laser de bio-feedback, una luz de infrarrojos que permite al paciente tomar mejor consciencia de la postura; la vibración local, consigue activar aquellos músculos que han perdido fuerza; o entrenamientos oclusivos, gracias al cual se puede ganar masa muscular en la rodilla sin provocarla estrés.
Lo último en técnicas de recuperación es la realidad virtual. A través de unas gafas de este tipo, el paciente va perdiendo el miedo a ciertos movimientos que evita debido al dolor crónico, mejorando así su flexibilidad y forma física. Se trata de una herramienta complementaria a la terapia activa que se realiza en la clínica.
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