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Está en un estado físico "óptimo" y se ha ganado a Zizou por actitud y compromiso

Así ha reconquistado James Rodríguez a Zidane

Tras un verano complicado donde su continuidad en el Real Madrid estaba casi descartada, a base de trabajo James fue capaz de dar la vuelta a su situación para recuperar la confianza de Zidane

James Rodríguez regresó este verano a Madrid con un sinfín de dudas sobre su futuro, pero con una idea clara: si tenía la oportunidad de convencer a Zidane para quedarse lo iba a hacer. Tras disputar la Copa América con Colombia se incorporó a los entrenamientos cuando el equipo regresó a España después de la gira norteamericana. Zizou, que tenía claro que no quería contar con él, no le dio ni una sola oportunidad en el resto de la pretemporada. Pero el colombiano no desespero.

Mientras todo hacía indicar que iba a terminar saliendo, Nápoles y Atlético fueron los que más cerca estuvieron de contratarle, él trabajó en silencio por si en algún momento Zidane cambiaba la opinión, firme durante muchas semanas, sobre su continuidad. El francés veía tan fuera a James que evitaba hasta citarle por su nombre cuando era preguntado por él. Pero no desistió.

James tenía muy claro que quería seguir viviendo en Madrid, donde está su hija, y al comprender que tras el 7-3 la opción de ser vendido al Atlético se complicaba, siguió con su idea de revertir una situación que parecía irreversible. El mediapunta apostó por el trabajo y más trabajo para conseguir lo que parecía imposible: reconciliarse con Zidane.

James tiene dos años más y pesa dos kilos menos que cuando se marchó del Real Madrid cedido al Bayern. Todos los estudios coinciden en que cada vez que se cumple un año se debe perder peso, y él lo ha hecho a la perfección. Tampoco se ve en el mismo estatus que en 2016, cuando pedía ser “tratado igual que la BBC”, uno de los motivos principales que le empujaron a agotar la paciencia de Zidane y tener que salir.

Su forma de trabajar en los entrenamientos también ha variado. Ahora se ejercita con mucha más intensidad y tiene un mayor compromiso con el grupo. Y, sobre todo, sabe que está ante su segunda oportunidad de triunfar en el Real Madrid y esos trenes no suelen pasar dos veces en la misma carrera deportiva. James sabe el frío que hace fuera del Santiago Bernabéu y no está por la labor de repetir la experiencia de Alemania.

Con todo esto, Zidane terminó dando su brazo a torcer ante el Valladolid. Se lo llevó concentrado a Vigo en la primera jornada de Liga, pero no juego. En cambio, ante los de Pucela en el Santiago Bernabéu disputó una hora dejando destellos de su enorme calidad, aunque la inactividad y las ganas le provocaron una lesión en el sóleo que no le dejaron participar ante el Villarreal, aunque tampoco viajó con Colombia, por lo que ha tenido todo el parón de selecciones para seguir convenciendo a Zizou. Ahora, frente al Levante, tiene muchas opciones de partir otra vez desde el principio.