El año de Vinicius

Cada vez que toca el balón el Bernabéu se relame ante lo que puede venir. Cuando acaba la jugada (casi) siempre aplaude. En un estadio que ya se han visto tantas cosas aún quedan jugadores capaz de levantar al madridista de su asiento. Ese es Vinicius, el futbolista de moda, el ‘animador’ del Real Madrid.

En la victoria del equipo de Santiago Solari al Sevilla se confirmó lo que es Vinicius, un futbolista especial, que tiene algo distinto, que anima al aficionado, que ilusiona. No necesita marcar goles para ganarse aplausos. Con sus ganas e interés, con su lucha en cada jugada y, sobre todo, con su calidad desbordada enamoró al madridismo.

Vinicius está en su salsa. Está en ese momento en el que soñaría cuando llegó al Real Madrid. Se ha asentado en la titularidad tras meses de idas y venidas, con suplencias lógicas (él es un nuevo y partía por detrás) y momentos difíciles, como, por ejemplo, cuando Julen Lopetegui le hacía viajar para después descartarle y directamente dejarle en la grada. Eso ya está olvidado.

Un fijo para Solari en 2019

2019 es el año de Vinicius. O, al menos, lo está siendo. Y a lo grande. La vida del brasileño ha cambiado mucho. En lo que va de año acumula titularidades como si de un futbolista veterano se tratara. Es normal, porque en tiempos convulsos ha sido él quien con sus controles, desbordes, carreras y algún gol ha encandilado al madridismo.

De seis partidos que lleva el Real Madrid en 2018, Vinicius ha sido titular en cinco encuentros. Todos menos el primero, el que el equipo blanco empató ante el Villarreal en La Cerámica. Allí también jugó el brasileño, aunque solo cinco minutos. Pero esa aparición provoca que Vinicius haya jugado todos los duelos que hasta ahora han jugado los blancos en 2018. Cuatro (de seis) han sido íntegros.

De golpe, Vinicius se ha convertido en un jugador fijo para Santiago Solari, el entrenador que le tuvo en el Castilla y que le dio el testigo nada más llegar al banquillo del primer equipo. El técnico argentino pide calma con el joven jugador, aunque reconoce que Vinicius hace de esas cosas brillantes que bien merecen la pena ilusionarse. Con paciencia, eso sí.

Sus jugadas, adornadas muchas veces por recursos técnicos exquisitos, levantan al Bernabéu. No todos lo hacen. Hasta ahora Vinicius solo se lleva aplausos del exigente público blanco y eso muestra que ha empezado bien. Se debe principalmente a su forma de jugar, a su entrega y a la ilusión que atrae su calidad técnica.