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‘National Geographic’ elige la cala más impresionante de España: perfecta para hacer snorkel

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Tarragona es una provincia fabulosa para disfrutar de unos días de vacaciones en familia en cualquier época del año, especialmente en verano. Tarragona capital es uno de esos lugares que todo el mundo debería visitar el menos una vez en la vida, donde el conjunto arqueológico romano de Tarraco, con su anfiteatro, murallas y acueducto, te sumergirá en la historia antigua, y es reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por otro lado, el Monasterio de Poblet es una de las abadías cistercienses mejor conservadas del mundo y también Patrimonio de la Humanidad. Aquí se puede apreciar la arquitectura medieval en todo su esplendor. Continuando con el patrimonio, Altafulla es un encantador pueblo costero con un casco histórico medieval y un pintoresco paseo marítimo. Su belleza es comparable a la de otros destinos turísticos, y puedes disfrutar de la playa y visitar el cercano castillo de Tamarit.

Reus, por otro lado, sorprende a los visitantes con su riqueza en modernismo. Es de especial interés conocer la Casa Navás y el Instituto Pere Mata. Asimismo, el Delta del Ebro ofrece un paisaje natural único. Aquí se pueden realizar rutas en bicicleta, avistar aves y disfrutar de actividades acuáticas en una de las reservas de biosfera más importantes de Europa.  Otro destino encantador es Miravet, conocido por su impresionante castillo y la iglesia renacentista que se alza junto al río Ebro. Las vistas desde el embarcadero, especialmente al amanecer, son inolvidables. Finalmente, las catedrales del vino en Tarragona, bodegas modernistas que reflejan el esplendor del modernismo catalán, son una visita clave en la provincia.

Cala Roca del Illot en Tarragona

La Costa Dorada, conocida por sus extensas playas de arena dorada y su suave entrada al agua, esconde también rincones más salvajes en su litoral. En el sur de Tarragona, el encantador pueblo de La Ametlla de Mar destaca por ofrecer una experiencia playera diferente a la típica imagen de arenales urbanos y concurridos paseos marítimos. Aquellos que buscan algo más genuino descubrirán aquí una colección de calas y playas salvajes.

Uno de estos tesoros es la cala Roca del Illot, ubicada a solo 5 kilómetros al sur del pueblo. A pesar de su proximidad al desarrollo turístico, esta cala parece un mundo apartado, proporcionando una experiencia cercana a una película de aventuras. La Roca del Illot es una pequeña playa de guijarros, enmarcada por un roquedal rojizo del que cuelgan pinos que parecen querer tocar el mar turquesa con sus ramas.

Este contraste cromático se completa con un islote prominente que eleva el paisaje a un nivel bucólico. Es un lugar idílico para quienes desean experimentar la naturaleza en su estado más puro, sin las comodidades típicas de chiringuitos y otros servicios. El islote divide la playa en dos partes, pero cuando la marea baja, une la playa a tierra firme mediante una delgada franja de arena blanca que forma un delicado tómbolo.

Esto permite acceder a la segunda parte de la playa, más arenosa y espaciosa. La combinación de la costa rocosa y el agua cristalina convierte a la cala Roca del Illot en el lugar ideal para los amantes del snorkel.