El método definitivo para lavar tus abrigos de lana en casa y secarlos rápido
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Ya está aquí la época más fría del año, y con ella la necesidad de un buen abrigo de lana para mantenernos cómodos y abrigados. Este material es sinónimo de calidez y elegancia, pero para que un abrigo de lana dure mucho tiempo sin perder su forma ni suavidad, es fundamental prestarle atención a su lavado y secado. A diferencia de otras prendas, la lana requiere un trato especial para evitar que se encoja, se estire o forme esas molestas bolitas que suelen aparecer cuando la prenda no se cuida de manera adecuada, razón por la cual es tan importante saber cómo lavar los abrigos de este material.
Ya sea que elijas lavar el abrigo a mano, en la lavadora o en seco, siempre es importante seguir ciertas pautas para mantener la lana intacta y evitar daños. Uno de los errores más frecuentes es usar detergentes agresivos o suavizantes, los cuales pueden dañar las fibras y hacer que el tejido se vuelva rígido o pierda su forma. Además, no es recomendable utilizar la secadora, ya que el calor extremo puede hacer que se encoja.
Cómo lavar los abrigos de lana paso a paso
Los abrigos de lana son prendas delicadas que requieren un cuidado especial. Si bien la etiqueta de la prenda siempre debe ser nuestra principal guía, existen diferentes métodos de lavado que podemos aplicar dependiendo del estado de la prenda y del tipo de lana.
Lavado en seco
Si el abrigo no está muy sucio, la mejor opción es limpiarlo en seco. Este proceso es menos agresivo que el lavado convencional y permite mantener la textura y la forma del abrigo. Para las manchas, puedes optar por productos comerciales para limpieza en seco o usar remedios caseros, como agua oxigenada para manchas de vino o de sangre.
Lavado a mano
El lavado a mano es uno de los métodos más recomendados para prendas de lana. Para ello necesitarás un barreño, agua fría y un detergente especial para lana; no utilices cualquier jabón, ya que podría dañar las fibras del tejido.
- Coloca el abrigo en un barreño amplio, sumerge la prenda completamente y frota suavemente las manchas con un cepillo de cerdas suaves.
- Una vez que hayas limpiado el abrigo, enjuágalo varias veces hasta que el agua salga limpia y sin residuos de jabón.
- Para secarlo, lo ideal es enrollarlo en una toalla para que esta absorba el exceso de agua. Evita escurrirlo con fuerza, ya que podrías deformarlo.
Lavadora
Si el abrigo de lana se puede lavar en la lavadora, asegúrate de usar un ciclo corto con agua fría. No utilices detergentes agresivos ni suavizantes, ya que estos pueden dañar el material. Existen detergentes especiales para lana que protegen las fibras y mantienen la suavidad del material.
También es importante evitar el centrifugado, ya que las altas revoluciones pueden estirar o encoger el abrigo. Si la lavadora no tiene la opción de un ciclo de baja velocidad o sin centrifugado, lo mejor es optar por otro método de lavado. Una vez que el ciclo haya terminado, retira el abrigo de inmediato y colócalo sobre una toalla para que ésta absorba el exceso de agua.
Secado
El secado de los abrigos de lana es, quizás, uno de los pasos más importantes. Un error común es poner los abrigos de lana en la secadora, algo que debes evitarlo a toda costa. El calor de la secadora puede hacer que la lana se encoja y pierda su suavidad.
Una de las mejores formas de secar rápidamente un abrigo de lana es colgarlo en el tendedero para evitar que se deforme. Asegúrate de darle la vuelta a la prenda después de unas horas para que se seque por completo y se mantenga su forma original.
Es importante no usar ninguna fuente de calor directa, como radiadores, para evitar que las fibras se dañen. Si no tienes un tendedero, también puedes colocar el abrigo sobre una superficie plana, como una mesa, para que se seque.
Al final del invierno, es esencial guardar adecuadamente los abrigos de lana para preservar su calidad. Lo ideal es colgarlos en un lugar fresco, seco y bien ventilado. Utiliza una percha robusta para mantener la forma del abrigo y evita que se deformen. Además, protegerlos con una funda de tela es esencial para evitar la acumulación de polvo, mientras permite que el abrigo respire. De esta forma, el material mantendrá su forma suavidad.
En definitiva, lavar los abrigos de lana correctamente es esencial para mantener su forma, textura y durabilidad. Es importante seguir siempre las indicaciones de la etiqueta y optar por métodos de lavado suaves, ya sea a mano, en la lavadora con agua fría o, si es posible, en seco. Evitar el uso de suavizantes y secar la prenda al aire libre, nunca en secadora, es clave para prevenir daños.
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